Amé en aquella mirada lo que había de sospecha. Y el miedo de las cosas tenía en aquel espejo la ilusión de disentir del futuro. Contacto: jrubaz@hotmail.com
Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.
No habrá paz sin verdad, ni amor sin nobleza. Y ahí andamos, descalzos.... Caminando cada despertar que nos vuelve a nacer para abrazar la sonrisa del alma. La paz jamás será perfume, nosotros somos el aroma de todos aquellos que a nuestro alrededor perciben el sabor de la quietud, la fragancia de la armonía, la esencia de la vida. Que el azuluz se empape de vida, de sonrisas. La dicha, descalza. Siempre descalza.
"..con el viento soplando a través de su pelo de caramelo..."
Cuando el sonido, cada vez más acelerado pasaba sobre tu cabeza, era el viento en los altos árboles del bosque, y no la lluvia. Cuando corría a lo largo de la tierra, era el viento en los arbustos y en las largas hierbas, y no la lluvia. Cuando susurraba y sonaba sobre la misma tierra, era el viento en los maizales -donde sonaba de una forma tan parecida a la lluvia que te engañaba una y otra vez y hasta cierto punto te compensaba, como si estuvieras viendo una representación de lo que deseabas-, y no la lluvia.
Pero cuando la tierra respondía como una caja de resonancia, con un ruido fértil y profundo, y el mundo cantaba en torno tuyo, en todas las dimensiones, por encima y por debajo, esa era la lluvia. Era como volver al mar cuando has estado mucho tiempo lejos de él, como el abrazo de un amante.