Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.

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martes, 24 de noviembre de 2015

Ojos que no ven, corazón que se miente

A quién sepa desnudar su alma


Ícaro


Cuando nace desde nuestro interior una tercera persona que nos desposee del poder del Yo, naces.

Digno, digna, libre.

Chorradas, bagatelas... te preguntarás. Te dirás. ¿ Qué azuza éste ?. ¿ Qué pretende ?. Nada más lejos, es un sentimiento, una sensación que empieza a pertubarme incluso cuando pienso y siento que compartir empieza a convertirse en una mentira que esconde ciertas verdades. Una mentira de verdades rotundas, asimétricas con quienes nos confían, quieren y respetan.

Estás en lo cierto, aborrezco el egoísmo cabezón, el intolerante... áquel Señor... o Señora que incuestionablemente se apodera de otras razones como suyas y se empeña en moler en la barrica del presunto y único copón de vino tinto, medio vacío, medio lleno... toda opinión o discrepancia exenta de cábalas no es más que mera percepción. Codiciosa perspectiva. Turbio. Mis, mil razones, son mías y sólo mías, que testarudo, que preñado de vanidad. Y es tétrico, pero es así, el discurso, el razonamiento entre la mano que vierte el líquido fraguado y el gaznate que lo engulle sin rechistar, que no se escucha lo que se oye, ni se deja escuchar lo que se quiere. Bravuconadas. Mechas de solitud para quien se ingiere a sí mismo.

Es verdad. La mía. La de cada uno de nosotros. La de todos. Y la mía es tuya, y la tuya quizá mía. O no. Que más da. Dame menos. Nada, todo. Un poco.

Y la de nadie.

Pero ennobléceme que yo no soy nadie, nada.

Ennoblécete.



Ícaro


Anido siempre una duda, una extrema y vieja cicatriz señala en cada uno de nuestros cuerpos mentales quienes fuimos, y las del alma in memorian quiénes somos... o mejor, quiénes queremos ser. Mi duda, mi terrible duda.... es saber realmente si el cuerpo y el ánima no se dejan curar por aquellas miradas corpóreas  que a veces advierten el surco de esas marcas y sí quién nos acaricia percibe de dónde caímos... para ponernos irremediablemente en pie. Lo intento a la inversa; poder sentir como cicatrizan las miradas tristes de las gachas pestañas... o las pusilánimes ojeras del dejarse enterrar en vida.

Y procuro, con esmero y perseverancia, evitar estrellarme de nuevo en ese sidralsideral  que desmonta un ejército de buenas intenciones.

Soy débil, demasiado. Creo que es sano ese demasiado. Honestamente siento que la debilidad es la fortaleza de la honestidad. Quién presume de su rocoso escudo, quien alardea de no sufrir por la vergüenza ajena, por la miseria extrema, por desigualdades de la inopía, casi siempre, es un débil deshonesto. Una hebra deshilachada. Un dedal huérfano de espíritu.

Yo no fuí un Santo, ahora tampoco.

Creo que nadie se pontifica y se beatifica por uno mismo. Autocomplacencia mórbida.

Son sus hechos, sus jodidos o bénditos hechos quienes lo sitúan.

Entre el Norte y el Sur.

Nunca nos acabamos de conocer, no nos dejamos. No queremos descubrir al maravilloso monstruo que se apodera de nuestra carcasa, de nuestro rostro, de nuestro guión. O al podrido ángel que nos libera de esa maravillosa utopía. Procuramos parecer ante ojos extraños un conocido guiño de nuestros recuerdos, una memoria futura, una respiración compartida. Para engraciar. Crash. Una ilusión difusa. Deseamos gustar por los ojos, deslumbrar por el tacto, idealizar por los razonamientos y acercar la lejanía virtual de una ausencia conceptual a partir de inquietudes, emociones y deseos.

Convertimos la palabra por inventar en el apretón de manos eterno, la frase pretendida en cebo de carnal alegoría; insuflamos a nuestros castillos de aire canallas llaves a las que se les ve desde afuera, aunque la realidad ya se encarga de oxidar las puertas de acero esperanza y estrechar el paso a esos dedos que bailotean buscándolas.... no llegas. No llego.

Nunca se llega.

Intentamos plasmar, llover, llorar, enmendar o encontrar; dejarnos querer, seducir, arrebatar, replicar y repudiar. Carcajeamos a un nombre en hombre y al prestigio... en vestigio. La mujer, génesis de la dignidad, sabe bien de que hablo... su vientre es la estrella polar de todo presagio que nos nace para nadar en el mundo de los silencios. Luego, lloramos. Nos abrazamos al umbilical nexo y cuando nos separan, en pie de vida, el camino nos ara y aramos.

Queremos agradar sin medida, y en ese papel invisible cada uno de nosotros se rodea de lo que no encuentra sino de aquello que nos encuentra.


Ícaro


Es un trozo de vida, de la de verdad, cuando todas esas artimañas, esas tretas, esas cangas y estrategias se disipan, se traicionan así mismas. Es sencillo, más de lo que pensamos, nos entregamos sin medida, o con reparos, nos damos sin monedas o sólo nos alquilamos un rato; nos esperamos a escondidas y en esa plena luz de la conciencia, el trozo antiguamente primitivo se convierte por arte del deseo en presencia física. En vehemencia.

Existe el riesgo de no medir a tiempo. Al tiempo.

Implicarse en el desaforo de tantas vidas, de tantos deseos acaba imposibilitando la realidad de la sencillez más colosal.

Y esa generosidad acaba por debilitarnos.

Cuando en nuestro interior muere esa tercera persona, la sencillez de la vida se convierte en apasionantes cenizas.

Y ahí nace la dignidad del ser humano, ser aceptado, respetado y escuchado; ser invisible a los ojos de los demás y tangible a sus miradas.

Ojos que no ven, corazón que se miente.

Simiente.



Ícaro ©






Hipótesis

Ícaro





Pezoneras y la vergada de nalgas fustigó al liláceo ossobuco que se trincha con los nudillos en círculos y en pausa.

Repeat all.

Pezoneras.

Dormían bajo la piel rosa de la hiedra. 

Y despertaron.

Primero un verano non. Luego un invierno al punto.

Y turgentes, relucientes, eléctricos se disputaban el honor de ser más sensibles, vehementes, puercos y cortesanos.

Siempre se vanaglorió el izquierdo de ser más diestro.

Aunque el derecho por henchido y retozón daba más al tallo. Que no la talla.

Las debilidades son incoherentes.

Adoramos al gas noble.

Aunque esa pezonera, carne magra y húmeda donde las haya, se ensalsa, se turba al sólo roce del recuerdo del sabo. Y es que el sabo es pegajoso, visceral, sediento.... y la saliva dama, coqueta y agridulce.

El esputo lo aclaró.

Ponte bocabajo, de espaldas y espútame donde la pezonera alisa pliegues y hace la raya a la seda rebelde.

Puedes tocarte. 

Tocarte y comprobar si tus labios se muerden por la saliva puritana o por el cerdo enjuague. Al mador o al sudor, poco les importa.

Siempre prefieres chuparte el pulgar.

Querencia umbilical.


 Ícaro ©







William Vandivert: "El quinto Magnum"



 Yola, Paris, Raqqa, Bamako....



Fotografías y obra: William "Bill" Vandivert


Aunque muchos libros de historia no le incluyan entre sus páginas, William “Bill” Vandivert (1912-1989) debería figurar con letras de oro, ya que junto a Henri Cartier-Bresson, Robert Capa, George Rodger y Dave “Chin” Seymour fundó la Agencia Magnum en 1947 (menos aún se acuerdan de Maria Eisner y Rita Vandivert, mujer de Bill Vandivert, que también formaron parte del proceso constitutivo de la cooperativa). Pero el hecho de que Vandivert sólo permaneciera un año en la agencia, y los más trascendentes compañeros con los que se rodeó, han provocado que su nombre se haya esfumado en algunos casos de los recuerdos de la agencia. Curiosamente, su mujer, Rita Vandivert, también fotógrafa, fue la primera presidenta. Y también, junto a él, dejó Magnum en 1948.

William  Vandivert estudió Química y Arte y empezó a hacer fotos en 1935 para el Herald Examiner de Chicago.

En 1938 se trasladó a Europa para trabajar como fotógrafo para la revista Life. Durante la segunda guerra mundial siguió trabajando en Europa, donde conoció a Robert Capa, que le transmitió su idea de crear una agencia de fotografía, que defendiera que los negativos y los derechos de las imágenes pertenecían a los fotógrafos y no a las empresas editoriales.

Desde 1938 hasta 1948, Bill Vandivert estuvo trabajando para la revista Life, principalmente cubriendo de forma intensa la Segunda Guerra Mundial y la posguerra. En este conflicto, Vandivert se significó por sus fotografías de los bombardeos de Londres, algunas de ellas en color, y también porque fue el primer fotógrafo que tuvo acceso al búnker donde se suicidó Hitler en 1945, a donde llegó junto a las tropas soviéticas. Unas fotografías curiosas, donde la iluminación del flash crea unas imágenes más propias de Weegee en la escena de un crimen.

Sin embargo, tanto él como su esposa dejaron la agencia un año después para permanecer como fotógrafos independientes.
























Babuchas en la niebla

El secreto


Hay una palabra que pertenece a un reino
que me deja muda de horror.

No espantes nuestro mundo,
no empujes con la palabra incauta
nuestro barco para siempre al mar.

Temo después de tocar la palabra,
nos volvamos demasiado puros.

¿Qué haríamos con nuestra vida pura?

Deja al cielo tan sólo a la esperanza,
con dedos trémulos sello tus labios,
no la digas.

Hace tanto tiempo que de miedo la escondo,
que olvidé que la desconozco.

Y, de ella hice mi secreto mortal.


Clarice Lispector










Ícaro
Ícaro





A mi no me importa
que alguien me llore,
cuando me llegue la muerte.

Lo que necesito
es que alguien me ría
mientras me llega la vida.

 

Gloria Fuertes





                                          


Ícaro








De un fulgor a otro
 


Quizás no se deba ir más lejos.

Aventurarse quizás apenas sea
desventurarse más,
alejarse un atroz infinito
del sueño al que accedemos
para irisar la vida,
como el juego de luces que encendía,
en la infancia,
el prisma de cristal,
el lago de tristeza, ciertas islas.
Sí, entre biseles citados los colores,
un fulgor anidaba sobre otro
-seda y deslumbramiento
el margen del espejo-
y aquello también era un espectro,
sabido, exacto. 
Centelleos ajenos
en un mundo apagado.
Como un canto sin un cuerpo visible,
un reflejo del sol creaba
una cascada un río una floresta
entre paredes áridas.
Sí, no vayamos más lejos,
quedemos junto al pájaro humilde
que tiene nido entre la buganvilia
y de cerca vigila.

Más allá sé que empieza lo sórdido,
la codicia, el estrago. 


De "Nuevas arenas II" 2002
 Ida Vitale



 


Ícaro




El ilusionista (2010)




















lunes, 16 de noviembre de 2015

La paz sigue sin ser perfume

...





La paz sigue sin ser perfume. Sin ser, ni estar.

Foofú  lost fighters.

Áquel viento poderoso, glacial, tramposo e instructor de muros y fronteras; de objetivos y charcos oceánicos vuelve a trampear. Vuelve la águila pequeña y pícara que coquetea con las cuatro lunas y un sol ópaco. La que hace sombra. La gran sombra.

Un soplo de aire se los llevó de Versailles. Del Sena.

De cualquier lugar recóndito donde el anonimato pulsa el sinsentido e insufla el pavor de no estar, ni ser. Un soplo de aire viciado, convulso, rastrero, traidor y ruín sacudió a un pequeño planeta azuluz. Se los llevó.

De la Sorbona, de Damasco, del frasco derramado, destrozado, sitiado y desposado. De Antananarivo a Groenlandia. De Wellington a Fargo. De las tierras desiertas a los humedales. De la noche ciega al día cegado. Del más intolerante, al diálogo. Del paritorio a la mortaja.

Paulatinamente áquel pequeño de luz azul, humano, palidecía. Palidece, más si cabe... o sobra.

Cíclicamente, por los siglos de los siglos, áquel soplo de aire asola desde pequeños logros y construcciones hasta endiosadas egolatrías y mundanas profecías.

Hey you.

Un viernes por la tarde de éste dulce noviembre, otro dulce noviembre más... Cibelle, por ejemplo, jugaba en los parques de Montmartre ajena a las intenciones famélicas de la codicia más inhumana, al arrebato sin deje, el te arrebato por ende. El poseo por soslayo y la argucia sin denuncia. Cibelle, se manchaba los zapatos de tierra libre, de hierba pisoteada por la libertad, de juegos inocentes y columpios celestiales. De risas sin mordazas y sonrisas atemporales.

Nunca habrán unas manos más limpias que las de un niño jugando.

Foofú  lost fighters.

Un llanto nos trajo en forma de nube de luz la sal negra de la vida. Llovían las gotas de Ida y las rayuelas (ironía no fina, sino más, si cabe, sal gorda) de Pessoa, al Cortázar limón de una hormigaelefante blanca. La tocata y fuga. El grito se zampó al beso. Le hurta los labios del corazón. La huida demente y el miedo en los cuerpos, pero lo peor que va a llegar no es ese tipo de miedo; el peor miedo, el que agarrota la vida... las vidas.... es el miedo del alma. El miedo a pisar charcos, a cantar, a respetar, a sonreír, a deslavazar descalzos caminos donde todos quepan y nadie sobre. El miedo a caminar.

A urdir cuentos y canciones; juegos y leyendas.

A levantar pozos, siembras y cosechas.

A parir puentes y criar cunas de mimbres y amalgamas.

A rozar sin nudos ni imposiciones.

A asentir y discernir. A dialogar y cruzar sin entrar o salir.

A respetar el color de tu voz y la piel de los sentidos; a creer que mi Diox puede ser el tuyo o el tuyo no el mío... a fruncir creencias en el caldero de cinco sabores y un pequeño azul como condimento que equilibre lo que por venir, no debería nunca cruzar.

A opinar sin empuñar.

A no empujar para dejar sitio.

Hey you.
 
Foofú  lost fighters.

La paz sigue sin ser un perfume.

Sin ser, ni estar.

Cibelle, hoy vuelve a su pequeña escuela.

No entiende nada. Nunca lo entenderá, aunque crezcan mil años en su pequeño corazón.

Todos tienen miedo, lloran, recelan... desde el reojo hasta el infundio. Desde el infinito desconocido hasta el más lejano desconocimiento. Todos lo tienen.

Cibelle seguirá jugando en áquel jardín de su barrio. Se volverá a manchar los zapatos y ojalá nunca las manos con este perfume que sin ser ni estar se está apoderando del apesadumbrado pequeño azul.

Hey you.



Ícaro ©






19 Foo Fighters St Jordi Nov '15 ***Suspended***

* Entrada programada hace semanas. Los terribles, criminales y dantescos acontecimientos en Paris del  pasado viernes, han hecho que el grupo de Seattle cancelara sus conciertos en Barcelona y los restantes de la gira europea. Uniéndose así entre otros a U2, Prince, Marylin Manson, Mötorhead que han decidido cancelar o aplazar sus conciertos.

 Come back at another time.








Heart of gold but it lost its pride
Beautiful veins and bloodshot eyes
I've seen your face in another light
Why'd you have to go and let it die?

Why'd you have to go and let it die?
Why'd you have to go and let it die?
In too deep and out of time.
Why'd you have to go and let it die?

A simple man and his blushing bride
Intravenous, intertwined
Hearts gone cold your hands were tied
Why'd you have to go and let it die?

Why'd you have to go and let it die?
Why'd you have to go and let it die?
In too deep and out of time.
Why'd you have to go and let it die?

Do you ever think of me?
You're so considerate.
Do you ever think of me?
Oh, so considerate.

In too deep and lost in time
Why'd you have to go and let it die?
Beautiful veins and bloodshot eyes
Why'd you have to go and let it die?

Hearts gone cold and hands were tied.
Why'd you have to go and let it die?
Why'd you have to go and let it die?

Do you ever think of me?
You're so considerate.
Did you ever think of me?
Oh, so considerate.

In too deep and lost in time
Why'd you have to go and let it die?
Beautiful veins and bloodshot eyes
Why'd you have to go and let it die?

Hearts gone cold and hands were tied.
Why'd you have to go and let it die?

Why'd you have to go and let this die?
Why'd you have to go and let this die?
Why'd you have to go and let this die?
Why'd you have to go and let this die?

Why'd you have to go and let it die?










miércoles, 4 de noviembre de 2015

Bloom


Ícaro


 


Ícaro





Bloom



Posees el ángel creativo de la inspiración.

                                                                        Llueves picardías...
                                                                           
                                                                           Letras...

                                                                           Mieses...

                                                       Unas pausadas, sin caras ocultas.

                                                            Lentas eran, eras ahora son.

 ...mojas frisos y telas de nubes bajas.

Desde esa cama, la atalaya de tus montañas algodón. Altas, prietas, brutalmente tiernas.

Cubres y destapas. 

Muestras y mordisqueas.

Tienes ese verbo fácil y esa letra nua.

Esas letras nuestras, estas letras tuyas.

Agua béndita... de entre tus muslos, desde tus manos... hasta las pestañas de la nuca y las razones de tus sombras colgantes. Hiedras silentes. No dejas de llover, nunca desistes. Siempre las sábanas alborotadas, desgarradas por el cirros de las trenzas y las caricias de las pezoneras. Alambique que se come los besos.

                                Quiero vestirme por un brazo, o desnudo me apetece más.... 

Y ahí... en ese punto... poquísimas personas en, ésta,  mi vida... cruzaron para llegar al tuétano de mi alma.

                                                                          Casi nadie.

Una antigua y moribunda. Muerta en vida.

Dos descalzas.

Tres trees.

En el cuarto, soslayo.

Cinco y brinco, me acurruco y siesteo como el hojaldre.

El séptimo cosquilleo de tus larguísimos y enmarañados cabellos negros cuando bailan bajo el sudor de tu cintura.

Ocho versos: la estrofa de tus zíngaros.

Nuevemente, Novecento.

Y al diézmosle, démosle.

Quiero vestirte por un brazo y desnudarte por el otro.

Postrada de ayeres y de mañanas, Bloom.





Ícaro ©




 










Ícaro





Nerea

                                                                                                                                              Para Nerea





Quince Noviembres



Dos gotas. Tales.

Un árbol. Talado.

El jardín de Ancona.

Y sus flores, tu mazorca.

Quince Noviembres y desde un lustro de ausencia, es hora.

La justa y debida.

Eres, ya, toda mujer.

Ni de sal, ni pétrea.

Ni de hilaturas, ni hechuras.

De niña las trenzas rojas.

De mujer el rubor supino.

Tus manos pequeñas, grandes gestos.

Orgulloso de ti.

Nunca te miras a los espejos porque se perderían en la gota idéntica.

Dos gotas. Tales

Como tu madre.

Paseas con tu sonrisa desde los ojos de extraños boquiabiertos

hasta los brazos de quienes te saben y ahí, en ese punto de sal

te meces con la humildad y la belleza de un síncope.

Me hiciste feliz en ausencia y en creencia.

Me has hecho de costurera al curtir al cuadro de mi piel 

de tristes ayeres y hoy, alegre, porvenir.

Y ahora, que sabemos que las tres gotas

son hijas de una nube reencontrada, drenas.

Dos gotas. Tales.

Seguirás con tu vida, por tu camino.

Seguiré por mi trecho, tu vida.

Ahora mucho más cerca que el pensamiento,

en el riego contemporáneo de la cercanía.

Ya nunca volverá un Noviembre de silencios

ni dos gotas, tales.

Sois idénticas.

Hija de una nube 

y

hermana de esta tierra.

Tres ángulos posee el cuadro.

Y las gotas, le dan el sentido preciso.

Tres, tales.










Ícaro ©























Vista Hermosa

Fotografías y obra: Sebastián Liste





Ya he hablado varias veces sobre la obra de Sebastián Liste, tras su presencia en el "Emergent", "SCAN" y "Visa pour l'image". En esta serie muestra la prisión de Vista Hermosa en Venezuela, una cárcel en la que el Estado ha perdido todo el control y los reclusos la han tomado hacinados en condiciones infrahumanas, indignas y carentes de todo lo básico por aquello que entendemos como "humanamente digno".