Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.

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miércoles, 11 de marzo de 2015

Ufffff....




Anabela Sequeira






La piedra a el silencio


Agotada. Acallado.

Amontonada. Amasando.

Arrinconada. Arrullando.

Advirtiendo. Amenazado.

Admirada. Adorado.

Atemporal. Altivo.

Ávida. Ahogado.

Le susurró ella a él, mientras ni la mano, ni una sola letra bailaba coja sobre la pérgola de áquel bosque de nadies:

-Puedes sonreír y seguir vivo. Puedes decir sin abrir el cielo a los sombreros que cubren tus ies, al techo de aquella austera y humilde cantinela sorda. Puedes, deberías cruzar esa seriedad que te envejece, mientras tus rasgos y tú hechizo esculpen ese tallaje de sal como si fueras un sastre en el museo de cera.

Siempre llegas más tarde de lo que crees.

Y él, sumiso, encontrado, maduro, presto. Sin aspavientos e imperceptible, de nuevo, como siempre, no soltó prenda, ni torció palabra. Ni se mordió la lengua, ni apretó su palma contra el muro de su paladar arcángel.

La dejó caer.

Y ella, de nuevo, como siempre, encontró a él donde el recuerdo es un mudo espejo en la senda perdida que nunca encontrará la boca de quien vive caminando sobre nubes de tierra prometida.

El silencio besó a la piedra.

Le llaman, camino....

Nunca llega más tarde de lo que uno cree.











Anabela Sequeira



domingo, 10 de febrero de 2013

Me dueles

Fotografía: Anabela Sequeira






Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma, búscame,
escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama,
pide tu asombro, tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad de rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.


Jaime Sabines



Fotogrfía: Enric Estarlí




No es que muera de amor, muero de ti....
No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.


Jaime Sabines






jueves, 17 de enero de 2013

El donuts que me mordió la cabeza

Anabela Sequeira






me levanto a las 6:20
miro por la ventana, 
por un lado la montaña
por el otro
el horizonte
el día
boqueando
voy a la cocina
caliento un triángulo de pizza
saco un donuts de chocolate que se lanza sobre mí
(frío)
preparo un colacao helado
Abro la puerta
La mejor temperatura del día
21º
Me siento mientras el aire
de la sierra
me deja no pensar
la falda de la montaña
me llama
no veo a nadie
no escucho a nadie
es la naturaleza
salvaje
sin voces
podría pasarme horas
el bigote
manchado de polvos y leche
y tú
haciendo largos en los pliegues de mi cerebro
buceando
metiéndote hasta los codos
acechando a la oscuridad
que me ataca
besando mis curvas
y mis pensamientos tiznados
vuelvo y estoy allí
sólo falta que el genio
frote mi cabeza para que salgas
te sientes a mi lado
y nos riamos
el único sonido,
en medio de un universo dormido.



I. Nikolayevich








domingo, 13 de mayo de 2012

Fresas de frases IX

Fotografía: Anabela Sequeira






Yo no insulto, diagnostico.

Amélie Nothomb







Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.
Sam Keen




Fotografía: Anabela Sequeira






El síntoma es una metáfora.

Jacques Lacan




Los ladrillos saben esperar.
Gómez de la Serna





El miedo sólo sirve para perderlo todo.

Manuel Belgrano




Fotografía: Anabela Sequeira






La estupidez insiste siempre.

Albert Camus