Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.

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jueves, 14 de enero de 2016

Las malas cuerdas, las buenas lenguas


A las malas cuerdas y las buenas lenguas.

A las buenas artes y las malas sombras.

A las requetebuenas migas y las requetemalas caretas.

A tú sonrisa.



                           


                     Fotografías tomadas por Ícaro en Salamanca, Madrid, Córdoba y Valls.






                                             















Andaba un perro flaco por calles muertas de frío.

No sabía por donde seguir aquel camino que el instinto y las circunstancias le habían abandonado a la intemperie. Era tarde para volver donde la cuna siempre sirve un plato de sopa caliente pero ínsipida y sin sustancia. Y su decisión, meditada y auspiciada por el escozor le había arrastrado a perrear, callejear y doblar esquinas donde los muros siempre son una lanzadera a quien sabe que lugares, que situaciones, que insospechadas vivencias le aguardarán....

...Quería vivir así para morir vivo, antes de frío que de pena, que las calles son la familia más grande para los solitarios descubridores, para los abandonados a los encantos de las penumbras, para los que vagan por buen camino.

Había estado doce años bajo aquella estúpida figurita de Kosta Boda, un jarrón con asas en el culo y tapón en las orejas de los brazos, abstracta y snob, carísima pero que rompía la armonía de su sueño eterno. Doce años, entre cuatro baldosas de dos por dos, y soportando las gracias de los mal criados monstruitos que le hacían las mil y una perrerías. Sí le cambiaban el agua cada dos días y le vacunaban contra la rabia cuando el despertador enseñaba los dientes de las horas humanas, a pasear cuando tocaba echar la basura y a juguetear cuando el aburrimiento defenestraba su caprichosa y consentida vida.

Le tenían como aquella figura aparente y resultona, su linaje, su estirpe en el mercado negro alcanzaban cifras mareantes. Sospechaban que sólo su madre y sus tres hermanos eran los únicos supervivientes de su especie. Su padre murió olisqueando y husmeando rastros de desaparecidos y al no tener hermana alguna nunca sentiría como la mirada tierna se abrazaría a su mullido pelaje, conversando sobre las obras y las gracias de la raspa que el pescado zozobra cuando lo cazan bajo redes de piel escamada, ni de como se chupa y entresacan las carnes sabrosas que crecen del hueso. Para paladear lo que aquellos gigantes ni advierten, ni lamen. Las sobras en sobres de látex con nudo de corbata y lazo al container.

Un día de diciembre la veterinaria le había diagnósticado cataratas azules y en su lomo canoso un parásito solidario, le chupaba la sangre y de la herida parida montaba una colonia de grandes hermanitos. Se daba la casualidad, que transportaba en sus patas traseras lo mismo que maldecía entre ladridos y días de hastio. La medicación había surtido efecto.... en cuatro días como nuevo, pero aquella noche donde los santos inocentes se desnudan ante la debilidad decidió huir, escapar y convertirse en un auténtico perro callejero.

Hurdió una maquiavélica estrategia, con sus patas delanteras y unas nueces llamaría la atención de su dueño haciéndole creer que su hocico era mortero y sus bigotes un virtuoso payaso; su rabo un trapecista y su buena fé una patinadora rusa que dejaba en la corta distancia la navaja del degolle como reclamo de persuasíón.



                                 


Todo estaba milimétricamente planeado, emperrado en por fin liberar su alma, no temía que surtiera un efecto contrario a su diatriba y asumía la pizca de riesgo que entresacar y liberar cadenas otorga.

Prefiero morir en el intento.

A vivir en el desencanto de los amantes de las paradojas.

Con la bolsa plena de desechos y la correa de guía, sus fauces enjuagaban tres nueces. Las cáscaras empapadas en bilis y resbaladizas desprendían una musiquilla siniestra y embaucadora entre los bastidores de su cielo perverso, su amo siempre bajaba por aquella escalera de caracol correteando porque creía que se llega antes así que volando con la fantasía.

Fue fácil. Demasiado.

El lazarillo escupió las nueces cuando bajaban por la planta dieciséis, y las suelas hicieron el resto. Fue un alucinaje en pocos segundos. No murió porque cuando por encima de su espalda salió liberado a la calle eterna, el muy terco ni hizo ademán de buscarlo, sino que simplemente y en un do menor resignado le susurró desternillándose: Ojalá yo estuviera en tu lugar;  corre, vuela y no te pares jamás.

Las garrapatas descubren a la piel muerta que el alma no tiene cáscara.

Y sí, savia nueva donde la sangre antes estancada se iba de juerga con los mosquitos y las arañas, y ahora desentierra los huesos quebrados de áquel esqueleto que oxidaba sus recuerdos y la plata de sus diabólicas correrías.

El siguiente paso, fue quitarse el bozal, y cortarse las uñas. Volaba a cuatro patas y el rabo era el timón de su conciencia.

Llámalo perro, llámalo ladrido. Llámate perra, aunque la llamen luna.

Callejero sin calles.

Y la música quieta.

Anda un perro callejero por la única calle que amó en su vida.

Ícaro © 









martes, 24 de noviembre de 2015

Babuchas en la niebla

El secreto


Hay una palabra que pertenece a un reino
que me deja muda de horror.

No espantes nuestro mundo,
no empujes con la palabra incauta
nuestro barco para siempre al mar.

Temo después de tocar la palabra,
nos volvamos demasiado puros.

¿Qué haríamos con nuestra vida pura?

Deja al cielo tan sólo a la esperanza,
con dedos trémulos sello tus labios,
no la digas.

Hace tanto tiempo que de miedo la escondo,
que olvidé que la desconozco.

Y, de ella hice mi secreto mortal.


Clarice Lispector










Ícaro
Ícaro





A mi no me importa
que alguien me llore,
cuando me llegue la muerte.

Lo que necesito
es que alguien me ría
mientras me llega la vida.

 

Gloria Fuertes





                                          


Ícaro








De un fulgor a otro
 


Quizás no se deba ir más lejos.

Aventurarse quizás apenas sea
desventurarse más,
alejarse un atroz infinito
del sueño al que accedemos
para irisar la vida,
como el juego de luces que encendía,
en la infancia,
el prisma de cristal,
el lago de tristeza, ciertas islas.
Sí, entre biseles citados los colores,
un fulgor anidaba sobre otro
-seda y deslumbramiento
el margen del espejo-
y aquello también era un espectro,
sabido, exacto. 
Centelleos ajenos
en un mundo apagado.
Como un canto sin un cuerpo visible,
un reflejo del sol creaba
una cascada un río una floresta
entre paredes áridas.
Sí, no vayamos más lejos,
quedemos junto al pájaro humilde
que tiene nido entre la buganvilia
y de cerca vigila.

Más allá sé que empieza lo sórdido,
la codicia, el estrago. 


De "Nuevas arenas II" 2002
 Ida Vitale



 


Ícaro




domingo, 31 de mayo de 2015

Miss Take (Mistake)



Raymond Elstad




*

Queridodiado silencio:

Creo que es el veintidosavo folio que engurruñado voy a lanzarlo con el codo.

Las florituras, cuando llevas veintiuno de veintiuno, empiezan a apolillar el lado lúcido del cerebelo, que el oscuro ya tiene sus vicios, sus escondites, sus artimañas, sus propias trampas. Con el codo, para que luego no digas que si te dejo en bandeja de plata es fácil, que si de gancho te me atolondras, que si de lanzamiento lejano me ayudo de las cucarachas que forman el vértice secreto del encantamiento. Sin bloqueos, ni estratagemas.... a pecho descubierto. Intentaré no embarullarte en mi aramea lengua de trapo, ni confundirte con giros al infierno.... procuraré susurrarte con voz a flauta dulce aunque el escupitajo me pinte la raya que el cielo repele... al tímpano, al yunque de lo inintiligible pero suficientemente firme para que sepas que me dirijo a tu alma de acero.

Quiero que sientas como me siento, no hay más.

No sé por donde empezar, pero no importa, me apetece garabatearte un cuento.... no es ni el de abolengo, ni de sapos, ni de hadas, ni uno de camuflaje, ni un carnaval de Venecia, ni una fábula de Edipo, ni Peter Pan en el país de las maravillas... es un cuento arrancado de cuajo con el bisturí de la vida negra, con las tenazas que la úlcera somnolienta y compulsiva segrega coágulos de angustia gelatinosa, lágrimas que se repudian a ellas mismas, gritos que ensordecen la densa espesura del bosque inflado como cuando el payaso sonríe mientras le lloran los ojos del alma.... no quiero que me huyas, que rehuyas la respuesta de mi eco más sincero, no quiero que te escondas como un cobarde que salta al vacío evitando el sudor sanguinolento de tus pasos desordenados.... quiero, deseo que te sientes, que me escuches, que si no sientes que debas tocarme, que no te marches... que me acompañes en esas noches perras, lobas de gatas lunas y de gemidos enmarmolados.... quiero, deseo que te sientes, que me escuches, que si no me sientes... me toques en tus sueños más primitivos.... allá donde la lucha, la perfidía, el ocaso de la razón te proporciona el alivio de sentirte deseado por unas manos que apartas, por una boca que rechazas, por un vientre que lames.... pero que al fin y al cabo al miedo, no le des tregua.

Quiero que sepas que me he enamorado de tu saliva alegre, de tus fluidos pegajosamente cadentes... como el suero de la vida eterna. Quiero que sientas que me guardo para ti, hasta que decidas rebanarme la aorta de la lujuria con la sencillez de tus manos atadas a mi pecho..... deseo que me sientas en tu vientre, queridodiado.... como crece, como creces, como crezco, como se engrandece que del puro vicio, del puro egoísmo la humanidad se transforma en una mota de sangre blanca. Leche paterna. Madre bastararda.

Sólo una, es suficiente para mancillar la catedral que se construyó con el tesón de tus manos y las naúseas del hoy, hoy es pasado....mañana quizá no estés. Y arremolinadamente, difuminas el murmullo de una oración rebelde.... te enclasutras, te clavas y me ofreces, a lo que nadie tendiste porque nadie te escucha y nadies son los sonidos ininteligibles... me abriste a la piel de tu interior, a los pliegues de tus lagos oscuros, ocultos, me lloraste y confiscaste al duelo filantrópico por despecho.... me dijiste todo, sin decirme nada.... estremeciéndote, ruborizándote, agachando tu lengua en la mia, mientras mascullabas palabras que no se olvidan.... que como piedras se posan en aquellos rincones que nacen sin que nadie sepa donde moran, donde se descubren.....

Queridodiado silencio, los dos tenemos miedo, pánico..... yo porque me quiero dormirmuriendo a tu vera, y tú despiertasyacabas a la de ella. Y ese sonido martilleante que forja el lazo umbilical, ese sonido que no tiene cuerpo de voz, pero si arrullo de conciencia.... no puede evaporarse aunque levantes muros de quimeras, muros de mentes ajenas, muros de tiernas alcobas.... y ese sonido, esa cancioncilla te despierta y te encela, te emperra, te machaconea y agrede en cuanto los mandamientos sagrados del orden celestial se desmoronan y se baten en duelovuelo, en lucha fraticida... como balas de carne que nos recuerdan que cualquier armadura está hecha de carne, de huesos.... de alma.






El desorden es meridiano, el caos es absoluto. Y no estoy bien. Y no estás bien. De la opípara cena de los silencios compartidos, a la huelga de hambre de silencios distantes.... fascinante algarabia de estados de sitio, de ánimos encubiertos, pero los pensamientos, los malditos deseos no se alejan, no se entierran por muy lejos que tu cuerpo arrastre a tu alma.... estamos en perfecta armonía, sincronizados con el dolor, la pasión, las lágrimas y las telas de araña, yo te quiero escuchar, yo te quiero rozar, abrazar y tu me ofreces un te quierodio.

El relicario de imágenes es un abalorio, ya impregnado, por siempre. Cuando me dijiste en el altar de la desnudez del alma.... que durante tantos años cubriste mi corazón, que durante algún lustro el acero había ocupado tu cor, no te viste los ojos, no te viste los labios, no debiste jamás haberme mirado a la lengua que arrinconaba cualquier palabra inventada, cualquier frase por escribir..... existe un lugar en los sentimientos incapaz de expresar y reflejar lo que un estremecer, un encoger, un rodear, un clavar confieren.... existen momentos en la vida de una persona donde el sentido y la razón se olvidan de los trajes de saliva, de los zapatos planos, del maquillaje y de los cepillos; se olvidan incluso de quienes queremos ser, porque en definitiva somos como somos.

No hay más, sencillamente queridodiado silencio todo queda guardado en un cofre de tez rosada, de escamas y branquias abiertas, de labios entrecortados, resteñados y redimidos del pasado.

No temas, no me importa, no te recordaré, ni siquiera hurgaré donde el pasado no debe existir. En la oscuridad, en la más lúgubre distancia, donde se enrocan los miedos, siempre brota tu gris, mi azul.

Y ambos queridodiado, sabemos que aquella lluvia de invierno, preñada de oscuridad, prisas y remolinos, sembró la espina dulce, la que segrega el dolor, la que esparce olvido y vehemencia.... ahora cuando el frío es intenso, cuando la noche durante veintitres horas....me dispongo a engurruñar el cejo, el veintidosavo, el sueño.... entre el lino de tus caricias y la seda de tus mimos.

Ahora que ya sabemos por donde camina el acantilado, sólo te ruego, sólo te pido que me sigas odiandoqueriendo en silencio.

Habrá una noche, no se cuando, pero llegará.... que necesites escupirme llorando, tembloroso, abatido, rendido, desbocado..... ese día por lejano que parezca....estaré ahí aguardando a que la espera que ahora parece eterna, sea sólo un instante.

Habrá valido la pena, porque de lo más sincero, de lo más honesto, siempre nace vida. ¿Y qué es una vida sin lo que más quieres.....?

Un maldito silencio.

Te odio con toda mi alma.






*Más de un lustro y ahora ni tiene vigor ni valor ni osadía. Ahora es un recuerdo de un charco preñado de hiel crionizada y un ápice que brota en el olvido. Thanks, little by little...





sábado, 28 de febrero de 2015

Así, ..... Ámate ... Ámame ..., sea.


Philippe Halsman




La verja se rindió, cayó...como cuando se flambean y derriten las manos sudorosas, tambaleadas, temblorosas al encuentro furtivo de la cicatriz del recuerdo y la cometa de cintas blancas...

...y el viento incoherente y sagaz recompone el puzzle de las yemas. Si arde despacio, se enfría aprisa. Si congela raudo, apacigua así. Si se mueve lento, veloz abraza. Si mengua, acrecenta el Siroco... Así, siempre así.

Descubrieron razones y atendieron silencios. Atizaron, ilusos, al viento... y la verja se aceró. Desnudaron, impávidos, las cintas blancas y la cometa se escapó...

Andará por cielos rasos y a tientas, nadarán las excusas para comprender el así.

-Ámate. Ámame.

Le dice el viento al perfume... y sin escaleras, ni atajos, ni puñetas... se escancia la rosa de los vientos...

-...Cúrame. Cúrate.

Y la rosa huérfana de espinas, derrama la única gota que por quedar, así nace. Que al caer, erecta al rubor.

Parece un instante, un preludio... desgarrador desprecio, arpegio. Y sin más, sin nada... el viento se calza las sandalías y pesca el pespunte que engarza áquel mar antiguo donde la hierba no se esconde ni a sí misma.

Así, siempre así. Suau molt suave, suave molt suau...













Ámame como un giro equivocado en un camino malo, tarde en la noche, sin luna y sin un pueblo cercano... y con un gran animal hambriento moviéndose pesadamente a través de la maleza junto al camino.

Ámame con una venda sobre tus ojos y el sonido de un agua herrumbrada

que mana bruscamente del tubo en la cocina, que gotea a través

del piso de madera hasta el cemento caliente. Házlo sin preguntar,

sin extrañarte y sin pensar en nada, mientras la maquinaria

está apagada y el vigilante desplomado de sueño frente a su pequeño televisor

que muestra el pequeño garaje, los pasillos desiertos; mientras los ladrones atraviesan

la baranda con cortadoras de acero. Ámame cuando no puedas encontrar

abierto un restaurante decente en ningún sitio, cuando estés solo en un comedero

relumbrante

junto a dos monjas que se pelean en el asiento de atrás, cuando tus huevos estén

grasientos

y cuando te sirvan crudas tus tortas fritas. Arranca los botones de enfrente de mi

vestido

y lánzalos uno a uno a la laguna donde los peces acechan justo debajo de la superficie,

moviendo sus frías aletas. Ámame en la capota de una camioneta que nadie ha

conducido

en años, hundida hasta el guardabarros entre hierbas y girasoles muertos;

y entre los lirios, tu boca en mi garganta blanca, mientras las tortugas arrastran

sus barrigas a través del barro lustroso, a través de las huellas de fojas y patos.

Hazlo cuando nadie esté viendo, cuando los disturbios empiecen y se abran los aviones,

cuando el autobús salte a la cuneta y el conductor pise los frenos y el pedal se hunda

hasta el suelo,

mientras alguien lanza un plato contra la pared y recoge otro,

ámame como un congelante trago de vodka, como pita pura, ámame

cuando estés solo, cuando estemos demasiados cansados para hablar, cuando no creas

en nada, escucha, no hay nada, no importa; acuéstate

conmigo y cierra los ojos, el camino dobla aquí, voy a subirle al radio

y nos vamos a ir, y no vamos a regresar mientras tú me ames,

mientras lo sigas haciendo exactamente así.



Kim Addonizio






Quiero asistir a una boda
en calidad de invitada.
Pasar desapercibida
a pesar de mi vestido rojo,
de los tacones nuevos
y las horas previas de maquillaje.

Tengo ganas de vestirme
para nadie,
para mí,
para todos sin que lo noten.

De ver las rosas
en el pasillo de la iglesia,
y tomar una discretamente
para olerla,
y luego tal vez
acariciarme con ella.

Quiero bailar el vals
con un desconocido,
o mejor dos,
y confundir sus nombres.
Mientras la novia radiante
se compromete
a repetir solo un nombre cada noche.

Tengo ganas,
apenas un poco,
de brindar y beber.
Festejar la decisión de otros
a ser felices juntos.

Y luego,
más ganas aún,
de regresar sola a mi casa.
Quitarme el vestido nuevo
con olor a tabaco.
Los tacones encarnados
en mis pies adoloridos.
Lavar el maquillaje pesado,
soltarme el cabello.

Tengo esta necesidad
de vestirme para mí
y desvestirme luego,
despacio.

Después del sudor
buscar la rosa en mi bolso,
presionarla contra los labios
acariciarme los muslos;
quedarme dormida
antes de llegar al agujero del sexo.
Olerme el cabello,
dormir conmigo.





Agatha García

domingo, 30 de noviembre de 2014

Burdel King


Hermann Försterling



Untaba la carne picada en el adobe de El Dorado.

Hubo una época donde el carmesí era de ternilla dorada y sus alas quebrantahuesos, sus vuelos cortos, rasos, mordidos por el apego al vil... sugerían una armonía marmórea y una amabilidad pusilánime.... craso "h"error. Esa hache silla, cual cuchilla de trampas, cuchillo de dudosa moral y paupérrimos valores adolecía de unos tacones lejanos no por vertiginosos si no por sumamente pringosos, oleosos y putrefactos. Unos tacones maltrechos por todo aquello que reflejaba la ley del espejo obscuro, abisal y difuso. Profusa cárcel de gorgoritos archienrocados.

Cojeaba la silla, la paz y la gasa que supura la gran máscara falaz.

Estiró el tiempo para complacer los caprichos de la cohorte y languideció en el cementerio de su alma ya extinta, perdida, olvidada y concupiscente. Creía que el diezmo, procrea argucias, despista a Libra y amasa fortuna... y adobando carne picada, sucia y corroída; loncheando besos mentirosos, jadeos trucos y entre los muslos, huesos picantes de melocotones picados por la larva del diablo, envejecía más rápido de lo que creía al malnacer de cada alba rota.

Enfermaba a la voluptuosa baba del jabón y el mercadeo. La pastilla patina, la pátina empastilla.

El rouge pasión, nervios lacados de dosel castrado, de lujuria enmohecida y morbosos alaridos. Untaba la carne como cuando se hilvana el hilo de la nube a la gota, de la lluvia al charco, del suspiro...al olvido.

Y las muecas, la postura y el reflejo un cuarto de libra vespertina, rehogada de el aceite de la vida: aquella que licua el aire en gas... y almibara la verdadera vocación de la carnicera del alma, tramposa y embustera judía negra... ¿O era pan....? ¿U oveja...?

Untaba la carne picada en el alféizar, para que el frío friera almanaques de recuerdos furtivos y la luz dormitara como la duermevela trasiega para olvidar el sueño y conciliar la traición que el cuchillo ofende a la razón del corazón. Una rebanada al gusto. O un perrito ardiente, que la luna es mostaza y el vinagre el dulce merengue de la angostura.

Costuras: escondo el rosa para que el negro prevalezca. Rasuro: el vello, para que lo bello se pudra. Cronopios rayuelos y rayos de Cronos.

Dijon no es mostaza, es un filón.

Untaba y malvendía "All the young dudes", perjuraba cariño malcriado y de espaldas a la realidad de la verdad y la dignidad franqueó lo que las franquicias subastan en un concierto de Kustorica. Rien de rien. Poisson ? Poison ? Sea of Love de Cat, y el poder de las palabras que se levantan las faldas para que les compren las vergüenzas. Sin.

Untaba al defecar lo que vendía a bulto. A orzuelo de buen cubero. Y como una maquilladora de sentimientos y consentimientos convirtió todo lo que tocaba en las Ruinas de la reina de Salomón. Sodoma de luxe y Gomorra cándida's suite. Ardores en la nuca, picores en el vientre, olas huérfanas y mariposas decaídas. Vientos del Sur, que el norte te exilia de la veleta caprichosa y artificiosa.

Y así, mientras olvidaba la delgada línea azul, degeneraba en el agasaje comercial, conceptual... ese cúmulo nimbus que encharca lo que se quiere escuchar y no lo que se escucha de verdad.

Y es que el corazón opíparo y untado se engaña a diestro y siniestro.

La Untadora, convirtió su hogar en un burdel, su vida en una jaula y sus manos en una acuarela carnicera. Su alma enjoyada de humo y su fortuna, un felpudo de oropeles. El viento siempre se lleva esas huellas y los pasos pernoctan donde menos uno lo intuye... Armarios repletos de carne picada. Sus ojos adobados de bilis y su humildad antaña en un prurito (picazón, vamos...) en la palma de su descarnada existencia.

Una verdadera lástima, pero la vida, chica lista donde las haya, bien sabe que el delantal cuando el conticinio nos vela y abraza nos enreda en áquel monte perdido e íntimo, allá donde nos llevan los sueños y traen el gran perdón: a nosotros mismos. Mientras llega ese momentum la carne roja pierde epiteliales espirituales y sentimientos irrecuperables. Carne de plástico, postiza, ponzoña de tres al cuarto. Picadillo de entereza. Magro pésame.

Epitafio:

"Cuando la carne suena, carnes llegan."





 



El otro día una buena y leal amiga me comentaba que bajó la persiana de otro clasisita Burdel King.

Es filóloga y profesora de literatura. Es abundante en sus carnes, muy abundante. Tremendamente entrada y generosa. Es preciosa, parece finesa, noruega, eslava...y es una badalonesa de pura cepa.

Domina mejor las manos de la lengua y las nalgas de la sonrisa, que las Salinas de Pedro. Y mientras paseábamos por el monte de los gatos y Tiana, esa arista que presume de vistas, nos perdimos en la enredadera de aquellas callejuelas tan estiradas y opulentas. Que todos los burgueses, o casi todos, obvian: el silente crujir de las esquinas y las penumbras de los portales. Craso error. No hay mejor escondite que descender por la enredadera y arremolinarse ante la extraña y difusa semejanza de la aparicencia... ¿Me entiendes...?

Diluviaba. Parecía que Noé quería construir una hoja de muérdago y albahaca. Sibilino y cabrón.

Y los animales, ergo, nosotros mismos, despreciábamos subir a ese vaporeto que inunda los canales...de la comunciación, pues bien, en áquel enclave supino, mágico, discernimos sobre otro tipo de carnicería.

Se trata de una carnicería, de un tipo de entramado público, notorio, establecido: los dobles juegos, la infidelidad, la deslealtad, la traición, la apariencia, el consentimiento y el aguante histriónico del que dirán, ante lo que uno verdaderamente siente y desea y el no llevarlo acabo por miedo al institucionalizado: toca lo que toca. O virgencita que me quede como esté. Demoníacos y endemoniados trucos del alma.

Pues bien, Eslava aseveró que el verdadero poder, la jerarquía mental , el mi conciencia está tranquila por que hago lo que debo no mengua, ni mediatiza ni impulsos, ni deseos, ni fantasías. Que asumir con dignidad devota que todo nace, crece y muere es el eslabón perdido para el engranaje perfecto de una vida más feliz, tranquila y en paz. Que si bien, las costumbres, la rutina y el hartazgo soslayan los cimientos de aquello que institucionalmente llaman, pareja, matrimonio o acordeón; equilibrio y armonía de una vida "culturalmente" idílica existe una rémora, una muesca, una tremenda línea divisioria: Corazón/Razón.

La conferencia de ideas, el intercambio de pepinillos y cebolletas, de silogismos y silencios, adornó agridulcemente áquel ídilico contorno que difuminaba lo que sucedía por dentro y lo que retaba tras el campo de la carnal batalla.

Conclusión, a vuelo pluma: Haz siempre lo que te diga el corazón, y di siempre lo que te haga la razón. Asumirás perfectamente ser un/una Gran Cabrón. O un discípulo intransigente de Escipión.

El brete está ahí:

Sólo hay que asumir y llevar a cabo lo que sentimos de corazón y olvidar el por qué de las consecuencias. ¿O es al revés...? Quizás lo más auténtico es frágil y débil, o por contra, más bien, es sumamente férreo y sostenido. Como el Do de pecho. El de plexo vertiginoso y pentagrama uncido en látex seminal. Néctares rocambolescos.

Excusadme por el manifiesto, largo y dual, casi parlanchín y hormigueante, pero en éste alba de altas horas y bajos biorritmos, el desvelo es como un locuaz y tartaja lorito de picos pardos.

Tras muchas lentas lunas... por fin he superado el síndrome de Estocolmo.

Enderrocaron el último Burdel King que conocía.

Y a los demás, miel sobre hojuelas. Que el tiempo es ese caballero bien señoreado que siempre va en la lengua y siempre va mojado.... ¿Era así....?... ¿O quizás...no sé... ya no recuerdo?

Como diría la última carnicera con la que comí sushi:

"Cuando la carne suena, carnes llegan".

Lapidario.

Y sabroso. Natural. Puro. Lechal.

Prefiero comer una pizca de carne magra al aire libre, que un cuento de abolengo en el Burdel King.






lunes, 17 de junio de 2013

A la Ícara sombra que se enterró

Fotografía: Vlad Khodsky


Rescatando del dos mil nueve un farol sin reflujo, el faro de hoy me saca la sonrisa de cuajo. Qué hermosa es la perspectiva cuando de la lucha nace la eterna paz. Cuando desde la quietud las amapolas de Kierkegaard se enraizan a la veleta de Voltaire.

El quebrantahuesos del oropel, es ahora un templo en Siria.





"Y para que conste en acta, cómprate una rodilleras, un babero y trombocid.

Dedicado al Ícaro que adquirió en las rebabas un metro cuadrado de círculos angulosos, juego al snooker sobre un tapete ondulado, mientras la montaña rusa se fuma la vitola de su inconsciencia. 

Después de tres semanas de un chavo sin rupias, y de dos con un billete de dos euros a medias con el destino... insisto, siempre insisto.

Me he divorciado del claroscuro. Me han divorciado, vaya, estaba durmiendo mientras la oscuridad me enculaba a traición. Es una sintonía con el mal del norte. Donde las ángulas desovan liendres y las heces, veces.

En fin....el sur, escuece.

....Ando xylumeado, en estado catatónico.... tres días al pleno sol, zasca...... te conserva y enlata el par de neuronas que quedan libres, si algo queda ya libre a la brújularota del sosiego.


HuidobroL "Señora hay muchos pájaros en su piano."

Ando promiscuo, cerdo piara; coleteo rítmicamente como los dildos de pilas a manivelas. Salto niño, béndita la mueca. Vuelo raso, que las alturas me dejan calvo de consortes y huérfano de padres, las nubes. Claro.


Y oscuro....ando ahogando al cielito lindo, al camelo de serrín, al infausto cabrón que inventó los calendarios de siete noches. Al infinito remilgado, al lameteo arisco, al jabón que pica, a la ardilla que se las pela, al que se la casca con papel de fumar y al que se le encoge con celofán, o sea una torrija de agua pura, de putas aguas seglares....donde el nudismo anida con aftersun en lo más noble que todo hombre cuelga.... el corazón (Coraza endémica que se acrecenta a lo largo de las visitas al diván de doña cordura).

Son síntomas de lo descerebrado que cojea el mundo. Ahá, ese pañuelo de seda agusanado, con puntas romas y cielo redentor, que te parte el culo de la risa y las nalgas del dolor.

El entresijo es hábil.

Las comas, deshonestas.

El punto y final, febril. Cuarenta grados a la sombra, que el noventa y seis te duermee, y los dieciocho son vómitos a destajo. El santo cerdo, Job, y su hermano Caí....aha, caí, caigo y caeré... y quien no se caiga que levante sus rodillas, malditos bandidos de pecados en silencio....

.. Sigo en la rebeldía mientras los agujeros de los bolsillos aguanten el tirón, que de libros va servida y de sepia rehogada, refrita y empachada.... Sólo comí carne magra, muy magra, muy tierna...muy poco pasada, nada hecha. Que las escuelas abren de noche, mientras los farolillos alumbran a sombras vagabundas, pécoras y nauseabundas....

Y el terrible asunto es que en esta telaraña de Barcelona, me apetecía comer sobre un parquet ignifugo......remember, remake y encuadre.

Flash.


La fidelidad como las canalladas no precisan de bisturí, sólo una cuchara y sírvase bien frrrrría.

La sopa, claro. (No pienses, en la traición; ésta es una dama tan aburguesada como aburrida, frígida de los cojones).


El agüacero de su desvirgada vida, se me meó (literal) en todo el plexo. Dicen que la tramuntana no avisa, cubre y micciona.

Abro la puerta.
Ella me esperaba dentro.
Yo la sacudía en las afueras.
Tacón empire state.
Cabellos sueltos.
Feromonas entregados.
Juego de espejos.
Miradas turbias.
Parcos en palabras.
Respiraciones pelvianas.
Dueto en todo el entuerto.
Te conozco. Me conoces.
Bolso y maletas al suelo.
Burbujas del champán idas.
Frenesí en las horas perdidas de las muñecas.
Saliva chiclé.
Dedos descubridores.
Rodillas a tierra.
A cuatro patas la vida.
De pompa, el jabón.
Los móvieles suenan. Las nubes se levantan.
La calor se ceba. El calor se ciega.
El sudor se friega. "La" sudor se niega.

Todo es puro fervor.
Me muestra el puzzle del coxis.
La llave maestra, encaja.
No hace falta aceite.
Hierve la humedad.
Degluta y erupta.
Degluto y blasfemo.
Quebramos, rompemos un maldito espejo.
Cortinas por los suelos.
Me confieso y me insulta.
Le confieso y se emperra.
Me conoces. Te conozco.
Y quééééééé. Shhhhhs.
No existe el agua.
Empieza a llover y las garras de la lechuza empolvan la frente.
La nuca adiestrada, sumisa, se rinde.
Y el juego empieza.
El resto es un punto de sal.



Me encanta no deberme a nada, a nadie.
No quiero enamorarme de la luz del día.

Quiero morirme cuando la noche llega y se deja dormir en la eternidad.

Es tan hermoso contemplar como un volcán rosado nieva donde no llegan las manos, y como asoma la pasión en los lugares más insospechados....


El punto de sangre viciosamente complaciente.

No digas que es vicio.

Es la vida, el hedén de los putanescos."


No era vida, fue un sueño. Un mal sueño.

Y en su despertar más inoportuno, me encontré de bruces a doña vida.

Un placer.

¿Nos conocemos....?







lunes, 25 de marzo de 2013

Clara Janés

Ruud Albers





Estuve con un joven...

Estuve con un joven
y supe al fin lo que era
el violento arrebato, la agilidad vibrátil,
cavidades melosas en la carnosa pulpa
suavemente entreabierta
hasta el linde dehiscente,
el perfecto engranaje,
la densidad precisa de jugos derramados,
la inclinación debida,
la posición exacta,
y la sabiduría del mutismo,
la belleza de un glande.

"Eros" 1981






Carta  III

Nunca sabré de ti,
y eso lo supe
desde el primer encuentro.

Esta certeza tiene tanta fuerza
que es
como si tuviera noticias tuyas
a cada momento.

"Libro de alienaciones" 1980










El banquete que os propongo es para el día de mi muerte
y responde al amor que yo siento y deseo:
pido que se me coma,
que mi ser en no ser no se mude
sino en puro alimento;
comunión caníbal suplico,
génesis en el otro.

Nadie quiere comerme,
enferma estoy de amor.

"Vivir" 1983






 Eurídice

La mano en el saúco del leteo,
la sombra sigue insomne
de otra mano,
una mano que nombra,
que desbroza el camino,
que pasa a limpio
los nombres de las cosas.
Pero el rostro,
que nunca fue,
que no hallará reflejo
en unos ojos
fielmente vueltos ya
para siempre hacia sí mismos,
estalla por encima de los pasos
y deja que la aurora
con el sol lo arrebate y arrastre
por la terrible orilla de los tiempos.

Siga el pie, ciegamente, pues, la huella
que ahuyenta
toda la confusión,
y tú, avanza,
acosada cabeza aún de los abismos,
con el rostro encendido
y el cabello derramado entre los vientos.
Y los ojos en lágrimas,
en la paz y el dolor,
teje un lamento
al malhadado y fiel Orfeo,
¡oh pobre, despojada del infierno,
delirante,
ya para siempre solitaria
Eurídice!


De "Antología personal" 1979







Ya se acercan las manos...

Ya se acercan las manos,
innumerables manos,
negras manos,
a cegarme los ojos,
a detener mis piernas,
a secarme las venas,
a posarse insistentes
a lo largo del cuerpo
y dejarlo sumido en lo negro.
Harán saltar la lengua,
los dientes,
corazón y riñones,
intestino y cerebro...

Amiga de la entraña, tan lejana,
acércate un momento
y con tus juegos
distrae esta terrible oscuridad.
Dame un río de fuerza
desde el vientre,
como antaño.

Siquiera suficiente
para alejar
las manos.
Estas manos
que negras
e impertérritas
me van cercando.

"Libro de alienaciones" 1980