Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.

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lunes, 9 de julio de 2012

Les chambres, 4.



Fotografía: Rene Guneriussen









Aquel día en que te había perdido y hablo de ello
En otro lugar tanto otro lugar siempre en otro lugar decir en otro lugar
como quien grita ay un huir
de codornices

Digo otro lugar cada tres palabras No lo habréis observado
Por cualquier cosa bajo insolentes pretextos de asonancia
El pregón del sillero por la calle o
En mí En otro lugar está en mí me pierdo en él Sería necesario
Reagrupar todos esos ruidos de mí mismo esas
Misteriosas palabras tachadas tiznadas ahogadas en un cuaderno
Por ejemplo o bien hojas en un cajón que se encontrarán
quién sabe
Yo muerto o vivo incluso desdibujado poco a poco manchado despedazado
por las arrugas para
Notificar a la carne que nada cuenta o más aún
este hombre
Aún
Una tachadura
Todo lo que habré dicho inacabado esos comienzos esos
relámpagos vistos
Qué tenía en la cabeza que
se desvaneció
Aquel día en que había perdido

Y el recuerdo vuelve con tanta violencia
En mitad de la noche un sueño No nada de un sueño
La evidencia de que uno se levanta
En mitad de la noche por las habitaciones en sombra
Espesa en que los muebles ya no están en su lugar jamás
Nunca en su lugar
Siguiendo una luz oscuramente oscura hasta
Este lugar de escribir y los lápices esparcidos esas cosas de tinta y
de espanto
Y el papel apresuradamente sucio arrugado tirado a la papelera
Ah qué hemos qué he hecho de nosotros la palabra nosotros
en mi boca de rodillas

Aquel día en que te había perdido

Busco a ciegas ese laberinto de horas ese infierno
Tranquilo un día de sol me parece y no es
Seguro no es nada seguro no sé ya casi nada de esta noche anterior
Por la mañana palpo una mañana gris en ese gran cielo de vidrio
Al final de los finales había dormido solo cedido solo al sueño
Una mañana gris en el taller devastado de ti


Objetos
Estúpidos el armario abierto
No existe la
Más pequeña
razón para cerrar el armario
Una cosa
caída

Aquella noche en que te había perdido

Cuándo se levantó aquel día por qué se
Levantó veo
la habitación enorme y vacía donde todo
Está disperso de ti desgarrado de ti devastado Me he
Sentado como una ruina en el confín del mundo
A la que jamás le será dada respuesta
En los escalones acurrucado en los escalones de mí mismo
No ver más el desván la cama reventada las sábanas
Colgantes

Pero cómo por dónde se levantó por dónde se levantó aquel día
Brumoso y gris desierto mudo aquel día ciego y vacío

Pero cómo se alzó de mí sobre mí aquel día sin día inmenso y blanco
Aquel día sin más palabra que el ruido ínfimo en la puerta donde
alguien deposita
Una botella de leche abro arranco esa puerta
Arranco esa puerta de sus goznes
Ya no hay nadie Pasos en la escalera Nadie más
Que una botella de leche

Aquel día en que te había perdido


Todo un día ante mí su puerta abierta donde nadie lee
el destino
Todo un día de mil y mil detalles olvidados
inolvidablemente
Todo un día que comienza desde su herida y yo ignoraré
siempre
Si tuve frío si tuve hambre si tuve pena si

Ah moverse por qué moverse cambiar de lugar irse
descender al fondo del agujero es qué tengo
Necesidad de moverme de mirar la botella y el desorden
Durante todo un día y cómo el cielo ha osado cambiar
No sé siquiera si es aquí o es allá dónde ha cambiado el gris menos
gris un verdadero
Insulto y todos los gestos maquinales maquinalmente hechos
Había sol en otro barrio de la ciudad
Fantásticamente vacía nunca se sabe cuánto una ciudad puede
Estar vacía
Y sin palabras No hubiera
Creído jamás a París capaz de esto
Capaz de aquel día

Aquel día en que te había perdido

Aquel día aquel día
No era yo más que un hombre de basura
Un ser tirado como una lata vacía un
Desperdicio la corteza
Nauseabunda de un melón e incluso los ruidos
Eran para mí el silencio
Reinaba sobre París
Aquel silencio de ti
Ese extraño silencio interior en el que los
Transeúntes tienen aires de peces sordos
Nadie
No hay nadie en sitio alguno
más que unos pasos por la mantequilla

Por qué es mejor aquí que allá por qué partir
por qué quedarse
Llevo un buen rato mirando al barrendero al
Barrendero en la calle
Campagne-Première
El baile en otro lugar
Habíamos hecho la guerra juntos
La primera

Nada hay tan singular como un barrendero Conocer
A un barrendero Quién habla
Al barrendero Quién se para con él
Diciendo palabras de hombre al barrendero
Quién le cuenta
al barrendero
cómo llovía
En mil cuatrocientos quince el día de Azincourt
Quién soñaría en contarle la muerte de Patroclo entre
lágrimas
Los periódicos corren por la cuneta a lo largo de la acera
Tampoco al barrendero le conté mi pena
Era un día como cualquier otro un día sin pájaros

Aquel día aquel día agujereado en que te había perdido



Louis Aragon



















Retazos XII

Fotografía: Francis Bruguière







No somos nuestro trabajo. No somos nuestra cuenta corriente. No somos el coche que tenemos. No somos el contenido de nuestra cartera. No somos nuestros pantalones... Somos la mierda cantante y danzante del mundo.

Nuestra vida es nuestra gran depresión.

Si te despertaras a otra hora en otro lugar....¿te despertarías siendo otra persona?

La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy cabreados.

Lo que posees acabará poseyéndote.

No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás, todos somos parte del mismo montón de estiercol...

Sentía ganas de meterle una bala entre los ojos a cualquiera que se negara a follar para salvar su especie. Quería abrir las válvulas de descarga rápida de todos los petroleros y llenar de crudo todas esas bonitas playas que yo jamás conocería. Quería respirar humo.

La autoperfección es simple masturbación.




Chuk Palahniuk










Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba.¿El proceso de escribir es difícil? Es como llamar difícil al modo extremadamente prolijo y natural con que es hecha una flor.No puedo escribir mientras estoy ansiosa, porque hago todo lo posible para que las horas pasen. Escribir es prolongar el tiempo, dividirlo en partículas de segundos, dando a cada una de ellas una vida insustituible.Escribir es usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se pescó la entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra. 



Clarice Lispector





A veces siento tanto 
lo que siento por ti que 
me meto en uno de esos 
pasajes por los que no pasa 
nunca nadie y hay puros zurcidores 
japoneses y afiladores de tijeras y me 
pongo a llorar mirando un ovillo de lana 



Claudio Bertoni






Existe un grado de insomnio, de rumia del pasado, de sentido histórico en que lo viviente se perjudica y al final sucumbe, trátese de un hombre, de un pueblo o de una cultura.


Imre Kertész







Sándorfi. Azuloscurocasinegro.


Ara mateix


Uno, dos, tres (1961)


jueves, 5 de julio de 2012

Análisis hemático del amor

"Parece", Óscar Carballo  






Un Lied de Mahler sería la banda sonora: "Nun will die Sonne so hell aufgeht", en la voz de Christa Ludwig... Por ejemplo. (Tratamiento para enamorados, cuando "la vida anochece en cada hueso", por ejemplo. Pero tengo motivos, movimientos, gestos, para sentirme feliz y satisfecho; y también para estampar el coche contra todo lo que perdí en el camino de regreso.)

XVI
(Análisis hemático del amor)
Con el amor que se interpone
entre vosotros
y mi miedo
se alteran los parámetros orgánicos
de mis restos en frágil equilibrio
bien restaurados y supervisados.

Y podría hacer un Lied amargo
dedicado a mis seres más amados
modificando mis CD4
y bajando el nivel de protrombina
de este cuerpo que flota en endorfinas
sin jeringas o fármacos
que las lleven.

La sed por soñar aumenta la fiebre
y causa hemorragias invisibles
exiliando de la sangre los hematíes.

Pero las lágrimas lubrican el deseo
provocan más nostalgia
y anestesian.

La amistad protege y el amor cura
el odio contagia y hiere
la indiferencia mata.

Apagado este incendio sobrevivid libres
de este estertor final de quien os ama.




Lois Pereiro
















Vivir su vida (1962)


La canción del croupier del Mississippi



Fotografía: Marek Kijevsky







Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio.
Fumo mucho. En el cenicero hay
ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo. Y tengo
la boca llena de sangre,
y sangre que sale de las grietas de mi cráneo
y toda mi alma sabe a sangre,
sangre fresca no sé si de cerdo o de hombre que soy,
en toda mi alma acuchillada por mujeres y niños
que se mueven ingenuos, torpes, en
esta vida que ya sé.
Me palpo el pecho de pronto, nervioso,
y no siento un corazón. No hay,
no existe en nadie esa cosa que llaman corazón
sino quizá en el alcohol, en esa
sangre que yo bebo y que es la sangre de Cristo,
la única sangre en este mundo que no existe
que es como el mal programado, o
como fábrica de vida o un sastre
que ha olvidado quién es y sigue viviendo, o
quizá el reloj y las horas pasan.
Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
y mi vida oliendo.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
Me digo que soy Pessoa, como Pessoa era Álvaro de Campos,
me digo que estar borracho es no estarlo
toda la vida, es
estar borracho de vida y no de muerte,
es una sangre distinta de esa otra
espesa que se cuela por los tejados y por las paredes
y los agujeros de la vida.
Y es que no hay otra comunión
ni otro espasmo que este del vino
y ningún otro sexo ni mujer
que el vaso de alcohol besándome los labios
que este vaso de alcohol que llevo en el
cerebro, en los pies, en la sangre.
que este vaso de vino oscuro o blanco,
de ginebra o de ron o lo que sea
- ginebra y cerveza, por ejemplo -
que es como la infancia, y no es
huida, ni evasión, ni sueño
sino la única vida real y todo lo posible
y agarro de nuevo la copa como el cuello de la vida y cuento
a algún ser que es probable que esté
ahí la vida de los dioses
y unos días soy Caín, y otros
un jugador de poker que bebe whisky perfectamente y otros
un cazador de dotes que por otra parte he sido
pero lo mío es como en "Dulce pájaro de juventud"
un cazador de dotes hermoso y alcohólico, y otros días,
un asesino tímido y psicótico, y otros
alguien que ha muerto quién sabe hace cuánto,
en qué ciudad, entre marineros ebrios. Algunos me
recuerdan, dicen
con la copa en la mano, hablando mucho,
hablando para poder existir de que
no hay nada mejor que decirse
a sí mismo una proposición de Wittgenstein mientras sube
la marea del vino en la sangre y el alma.
O bien alguien perdido en las galerías del espejo
buscando a su Novia. Y otras veces
soy Abel que tiene un plan perfecto
para rescatar la vida y restaurar a los hombres
y también a veces lloro por no ser un esclavo
negro en el sur, llorando
entre las plantaciones!
Es tan bella la ruina, tan profunda
sé todos sus colores y es
como una sinfonía la música del acabamiento,
como música que tocan en el más allá,
y ya no tengo sangre en las venas, sino alcohol,
tengo sangre en los ojos de borracho
y el alma invadida de sangre como de una vomitona,
y vomito el alma por las mañanas,
después de pasar toda la noche jurando
frente a una muñeca de goma que existe Dios.
Escribir en España no es llorar, es beber,
es beber la rabia del que no se resigna
a morir en las esquinas, es beber y mal
decir, blasfemar contra España
contra este país sin dioses pero con
estatuas de dioses, es
beber en la iglesia con música de órgano
es caerse borracho en los recitales y manchas de vino
tinto y sangre "Le livre des masques" de Rémy de Gourmont
caerse húmedo babeante y tonto y
derrumbarse como un árbol ante los farolillos
de esta verbena cultural. Escribir en Espanã es tener
hasta el borde en la sangre este alcohol de locura que ya
no justifica nada ni nadie, ninguna sombra
de las que allí había al principio.
Y decir al morir, cuando tenga
ya en la boca y cabeza la baba del suicidio
gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas
en este paraíso para espectros
y también a los ciervos que he visto en el bosque,
y a los pájaros y a los lobos en la calle y
acechando en las esquinas
"Fifteen men on the Dead Man's Chest
Fifteen men on the Dead Man's Chest
Yahoo! And a bottle of rum!"



Leopoldo María Panero