Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.

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sábado, 2 de agosto de 2014

Descalzo

Thaer Al Khalidiya




Basta con pararse, para aprender a caminar.

Basta de construir laberintos, cuando en los atajos se pierde el Norte.

Basta de descalzar al Sur, cuando a mitad de camino se desmoronan los sueños.

Compraban calzadores.

Y se bebían los charcos.

Se miraban los pies....

...y no encontraron el espejo de su mirada.

Descalzo.

Tocaban sus propias manos, y musitaban:

-Tu sonrisa es mi felicidad.

Palabras descalzas, huecas, perdidas.

Y los charcos, lodos nacieron.

Basta con pararse, para aprender a que el juego de la vida se construye desde el buen querer.

Descalzos.

Y sin manos.

Y no las suyas.









Cuando yo muera, ¿Quién me va a decir?...



William Browning





―Cuando yo muera, ¿quién me va a decir? ― le dije como rogándole. Pero ni yo sabía el alcance de la pregunta, la calidad especial de ese amor secreto. Me miró con piedad; tal vez era lo que yo esperaba: que me dijera:

―Yo.

Y así comprometerlo hasta el fin de la eternidad, ya que no me atrevía a enumerar las frases habituales de una enamorada joven y viviente. Por eso le conté mi amor por otro, agregando la falta de correspondencia de ese amor. Y entonces, casi llorando, le dije:

―Y cuando me muera, ¿quién me lo dirá?

A la espera, sinuosa y enfurecida, de que se apiade de mi fingida locura amorosa por otro que por él y me diga:

―Yo.

Pero yo no sabía si él sabía que mis palabras eran más como máscaras solitarias paseándose a la altura de un rostro humano en una tarde de lluvia. Así flotaba mi extraño lenguaje. Y qué miedo tenía yo de que súbitamente me descubriese armada de mi muerte y de palabras densas y pétreas, mintiendo ominosamente con la mirada y con los nombres:

―Hace tanto tiempo que lo conozco, tanto tiempo que lo amo… Ahora se ha ido no sé adónde, pero lejos, en todo caso, de mi persona enamorada. Como si la finalidad de su viaje fuera más un irse que un ir, un irse de mí, la que lo espera y esperaba; aún lo esperaba cuando estaba él aquí, llenando con su presencia el amado lugar de su ausencia, obligándome a olvidar al ausente que yo amo para introducirme en el helado círculo en que dos se aman solamente. He amado a solas tanto tiempo que su rostro me ocultaba su rostro y sus ojos y su voz su voz. He esperado tanto tiempo que viniera que cuando vino se fue.







Entonces vi que sus ojos eran de piedad. Casi vi llanto en sus ojos soñados. Pensé: “se puede morir de presencia”. Pero apenas lo pensé supe que nunca, antes, había sufrido tanto. “Dile la verdad”, me dije. “La estoy diciendo”, me dije. “Pero no, la otra, la leve, dile que el otro no existe, dile que el otro es él”. (Corazón ciego salta en tu cueva de pasiones contrarias. Llévame al borde del delirio, en donde la soledad es peligrosa, y rostros plateados e inertes cierran a la fuerza mis ojos de locura y rabia).

Cuando me vi a solas en el lugar que me dejó quise gritar mi nombre, para que al menos no supiera a quién dirigirme si pasaba algo. Porque ya entonces presentí que lo peor que me iba a pasar era que nada me pasaría. Y también entonces me vi yendo como voy ahora: pequeña alucinada por las calles sucias, buscando en cada rostro la presencia del que solo aun ausente; vagando lentamente entre las viejas mendigas ―que me prefiguran― y los viejos borrachos adheridos a canciones que nadie compuso nunca, que sólo sirven para un  instante, para una sola calle, pues están hechas de delirios atroces y de palabras obscenas que quisieran ser puñales Pero yo no buscaba, he buscado hasta volverme ciega, pero no he buscado ni me he vuelto ciega.

Lo vi sonreír con su ternura inimaginable. Demasiada sonrisa para quien llevó tantos años su herida por donde sólo llovía sal. Casi le digo: “Solamente te amo a ti. Si te fueras para siempre, si solamente te fueras de mí para dejarme a mí contigo…”. Pero repetí:

―¿Quién se acercará a mi cadáver y me dirá: Estás muerta? Aunque no lo pueda escuchar lo sabré, algo en mí lo sabrá, porque algo en mí no morirá conmigo, algo en mí esperó demasiado tiempo como para no poder oír esas palabras. ¿Quién lo dirá?

―Yo.

Lo miré. Estaba llorando. “Para llegar a esto te ha sido preciso miles de noches de insomnio, en una tensión que estiraba tus nervios hasta el otro lado de la noche, en la oscuridad esquiva donde las sombras baten sonidos que son sus nombres amados, en el desenfreno de una llamada inarticulada y torpe, en un rito cotidiano en el que tú, pálida y afiebrada, bebías alcohol para someterte más rápidamente a las leyes del amor que no sacia”. Lloraba por mí. “Demasiado tarde esta fiesta lujosa en honor de la muchacha polvorienta comida por el deseo. Demasiado tarde esta exhibición de piedad humana con sus límites y terminaciones. ¿Cuánto tiempo seguir llorando? ¿Cuánto han de darme sus ojos en esta noche impecable con estrellas que son estrellas y una luna real que no oscila?

Quise decirle: "Ven a mí, ahora que nadie nos ve, ahora que lo verde de este maléfico jardín entró en la austeridad anónima de una noche de verano. Ven a mí: si vienes, las estrellas seguirán siéndolo, la luna no se cambiará con colores ultrajantes ni habrá metamorfosis dañinas. Nadie verá que tú vienes a mí. Ni siquiera yo, pues yo ya estoy muy lejos, yo ya estoy en otro mundo, amándote con una furia que no imaginas. Ven a mí si quieres salvarte de mi locura y de mi rabia, ten piedad de ti y ven a mí. Nadie lo sabrá, ni siquiera yo, pues yo estoy vagando por las calles de otra ciudad, vestida de mendiga vieja, acoplando tus nombres a canciones obscuras que son como puñales para fijar mi delirio. Mi sangre, mi sexo, mi sagrada manía de creerme yo, mi porvenir inmutable, mi pasado que viene, mi atrio donde muero cada noche. Oh ven, nada ni nadie lo sabrán nunca. Aun cuando yo no lo quiera ven. Aun cuando yo te odio y te abandone, ven y tómame a la fuerza".

II







Una vez más  el lenguaje se me resiste. No el lenguaje propiamente dicho si no mi deseo de conjurar mis deseos por medio de una detallada descripción de lo que deseo ver en alguna realidad hecha del material que quieran con tal de que no sea de palabras ni sobre el blanco temible de una hoja de papel. A veces lloro en mi sed, lloro por medio de mi sed, porque a veces mi sed es mi comunión, mi manera de vivir, de testimoniar mi nacimiento, de librarme y de dar acto de fe. Pero a veces lloro lejanamente por la otra que soy, la evadida en mi sangre, la ilusionada, la aventurera que se fue en la noche a perseguir los tristes rostros que le presentó su deseo enfermo.

Si todo esto fuera verdad, qué pérdida estoy perdiendo, qué sufrimiento increíble no hace orgía de expiaciones. Me gusta reírme de la persona humana en lo que tiene de absurda de los cabellos hasta el cuello. Sólo el sexo merece seriedad y consideración porque el sexo es silencioso.

Si todo fuera verdad, qué hago que no me lloro en mi funeral. Vencida, resistida, derrotada, ultimada a garrotazos, a tiros, a puñaladas…y oh, cómo se resistía la salvaje muchacha de los ojos tan verdes, cómo se debatió en el estrecho lugar que le asignaron para perderse. Fue necesario una insistencia común, la ayuda de todas las asociaciones del infierno y del olvido para que alguien como ella se dejara quitar su rostro enamorado que sólo fue una máscara que sólo se hizo polvo.

Entonces le dije:

― Si me muriera ahora mismo, ¿quién injuriará a la muerte? Lo pregunto de nuevo: ¿quién puteará hasta quedarse sin voz? ¿Quién dirá: es una pérdida magnífica, una pérdida lujosa?

―No yo― dijo sonriendo.

―Entonces lo de antes, ¿fue una mentira? ―dije. Pasos en el jardín. Un policía silba No dejes que las estrellas entren en tus ojos. Saco un cigarrillo y fuma.

―No yo ―repitió con una voz cansada, monótona.

―Entonces, ¿el llanto era mentira? ―dije.

Y me dije: “Si supiera qué poco me importa lo que dice. Si supiera qué poco me importa cómo me mira. Si supiera qué poco me importa que su piedad sea amor o su amor indiferencia. Si supiera qué lejos estoy de los nombres y de las palabras, de la verdad, de la mentira, del cansancio, de la monotonía. Si supiera que no me importa morir así como no me importa vivir porque estoy ya muy cansada de mi enfermera y mi guardiana, de curar a la lejana que soy, a la evadida que me fui, a la maravillosa enamorada más sutil que el viento, detenida ahora por algún pecado insoluble, en su sitial de noche y desgracia, hermanada a la melancólica soledad de un lugar blanco y pétreo donde ella llora su amor inexplicable”.

Me levanté, me fui, Fumaba a lo largo del Sena y cerca del quai Voltaire bajé a ver el río. Había mendigos bebiendo o silenciando o cantando o fornicando. Me acerqué a los que bebían y les dije:

―Cuando me muera muy pronto, si alguna vez muero, no recordarán el olor a tristeza del río, no recordarán el gusto del vino atado a la lengua, no recordarán el color de la noche en los ojos de los ahogados sino que recordaran mi voz, mis palabras que flotan como máscaras, como cáscaras vacías que nunca contuvieron nada, y recordarán mis ojos verdes que pagaron al amor el más alto tributo, y recordarán mi nombre que significó mucho para quien lo llevó como un arma en la noche de los grandes reconocimientos y del dolor sin desenlace. Así me dejé violar como tantas otras noches similares.

[…]




Diarios de Alejandra Pizarnik (Lumen)







La estrategia del caracol (1993)









martes, 29 de julio de 2014

Querida Ana:

Pedro Inacio




Recuerdo que de niña no parabas de hacer tirabuzones cuando te ponías nerviosa con tu azabache cabello, largo, frondoso, ondulado, robusto....negro, tan negro que nos confundía en la noche aquellos juegos traviesos y divertidos en sombras chinescas. "Rudi"... ¿ recuerdas ?....

...enrollabas los dedos en esa selva de sueños por caminar. Y sonrías, siempre estabas riéndote. No parabas.

Eras la alegría de Fisterra.

Anoche desperté con tu voz chica, con la chispa de tu mirada, desperté y me ría solo. Pensé que estabas en el cuarto de al lado... que venías descalza y dando saltos, botando entre almohadas y cojines, me despertabas...

...pero siempre cuando venías yo ya estaba despierto.

Te miraba sentado en aquellas suaves sábanas azules y apoyado en los pósters y en el cabezal de libros gordotes y cómics.... te decía:

"Buenos días, siempre llegas tarde".

Y te morías de la risa.

Era uno de tus juegos favoritos a ver quien despierta a quien.

Pero siempre perdías.

Y te reías, te descongojabas de la risa, te desternillabas y la luz de mi habitación eran tus ojazos. También negros, vivarachos, pecosos y faro. El día empezaba siempre entre risas, legañas y suspiros. Tanto amor, tanta complicidad.

Anoche, Finisterre me dejó una pequeñísima piedrecilla. Casi una mota. El ratoncito Pérez se casó con el Rata de los Sueños.

Han pasado décadas.

Unas tres largas.

Y de nuevo ésta mañana tuve la misma sensación:

Te escuchaba acercarte descalza, canturreando, silbando, dando saltos y cuando llegabas a la puerta de mi habitación escuchaba como te parabas y como respirabas.

Me hacia el dormido. Y antes de que me tocaras. Abría los ojos y te decía: "Buenos días, siempre llegas tarde".

Aunque esta mañana, por primera vez, tú llegaste antes...

Han tenido que pasar muchos sueños, muchos caminos, casi una vida para que me despertaras tú: no primero, si no de los adentros.

Siempre harás tirabuzones y siempre sonreirás, estemos donde estemos, siempre te recordaré sonriendo.

Ahora, ya siempre llegas antes.








viernes, 25 de julio de 2014

Cuando la humildad se engalana de codicia, las penas se enmascaran de alegría.

Marcin Sacha






Levante.

No las palmas, no el ánimo, no al lucro, no a la veda, no a la deslealtad y a la traición.

Equivalencia.

Encriptamos la realidad para dar pie a la falacia y paso al egoísmo.

Arrogancia y pusilanimidad.

Dos caminos. Uno sigue recto en círculos de espiralesbucles y otro ataja donde se saja la humanidad dando rienda suelta a la atadura del fin justifica los medios.

Desidia.

Potagonista: Vómito principal entre bambalinas.

Escrúpulos.

Síntomas inequívocos donde la dignidad, la decencia y la honestidad se desangran por un puñado de piedras manchadas de leche sanguinolenta o de sangre lechosa. Al gusto.

Ditirambos.

Coro promiscuo donde el ciclo circadiano ansía fuste como diezmo y media hora de cortesía.

Necesidad.

Corta edad que durante los años pierde la noción del aire y el espacio.

Conticinio.

Conexión hasta el alba para alejar fantasmas y creerse el cuento de abolengo.

La ley del espejo.

Estrías y cicatrices maquilladas y retocadas para deleite de lo que se quiere entregar sin ser visto. Pomada espiritual que no quiere ver a la evidencia, camufla las trampas y acuchilla la promesa.

Calendario.

Hoja de fumar.

Boquilla.

Verborrea.

En la salud y en la enfermedad, en la alegrías y en las penas....

...en la ausencia del silencio se aleja la humildad.

La pena gorda con mucha árnica es saludable para la conciencia.

Como dicen los lugareños de la profundidad:

A rey muerto, rey puesto.

Como dice una una vieja canción:

No estoy "patí".

Y como los confesionarios sólo existen en la cárcel de nuestra mente y en la jaula de nuestro interior:

Cuando caes al fondo del vacío, sólo se escuchan los cantos de sirena y el tintineo de las monedas de Judas.

Hace un frío del copón.















lunes, 9 de junio de 2014

Nunca sobran los motivos...

 
Salvador Savater




Cuando, hoy, a un niño le pones ante una lámina en blanco y unos lapices de colores, lo castigas.

El océano virtual es un charco de barquitos de papel, un manojo de paraguayos deshuesados. De Casablanca a Damasco crece la miopía. Me ahorraré el acuse de recibo, no hay peces ni jaula. Sólo pájaros huérfanos. No migran, anidan bajo tierra. No hay barrotes, bastardos del barro.

La genta que va por la calle mira al suelo, no miran ni al cielo, ni a los tejados, ni a los tendederos. Sombreros de nubes y muletas gemelas. Las palabras en las antenas y tronchadas, cualquier letra callejea.

Eres peculiar, porque la gente de este mundo, ahí fuera es normal; aquí dentro el mundo deja de ser peculiar y se convierte en el universo. Todo gira en constante desincronización.

Te confiaré que mi conciencia es sumamente arisca, me reprende cada vez que la tentación se abre paso.

Nunca sobran los motivos, sólo las palabras que por inventar jamás nacerán.

Alguien me llamó come(lame)cocos, y le mordí el alma mientras le acariciaba la excusa perfecta; una excusa no deja de ser una psicóloga con bata invisible y notas a la carta y un apego un sentimiento cojo, un ciego codicioso.

Llevaba tres meses a la caza y ruptura de la escoba más embrujadamente perversa. Dulce como la sal, agria como la piel que chorrea la miel, ácida como el error de traer hijos al mundo mientras lo más maravilloso que es contemplarlos, sufrirlos, amarlos y criarlos se convierte en el faro de Priamo. Essencias y eva-siones evocadoramente reales.... como la salada herida que en las muñecas la atadura marca, y el placebo queratina.

Fija y concibe. Dilata y desvirga. Un buey manso, cheposo y cochambroso como es mi deslome ha presenciado posiblemente una de la danzas más bellas que una sombra puede ejercer sobre el vientre de la lujuria.....y el baile manso, cariñosamente afilado, desproporcionadamente terso nubló al día en noche de cuervos, de brujas y merlines desenmascarados. El arte del sexo cobra sentido cuando el guión desquicia, atolondra y fulmina las reglas...que no las normas.El arte del amor paga sentido cuando la espontaneidad espanta a las olas...  rompeolas.

Su hueso es un trozo de cielo.....en vida. Un auténtico paseo allá donde el calvario se convierte en el infierno más endemoniadamente dulce, armónico y rozado. Donde la última letra no existe, y las palabras se transforman en el gozo de sentir como el deseo bulle, hierve que la materia gris que recorre desde la coronilla, atraviesa entre las cejas y se desliza por el olfato.... mesa los cabellos de los labios y abriendo la nuez se clava en el omóplato y sangra los pezones del macho cabrío troceada y convenientemente servido como el cordero degollado..... la naúsea melosa se enfrenta al trasiego y como una ruleta puntea, sortea, azuza que el blanconegro no son matices sino las maravillosas sensaciones que nunca creiste que encontrarías alquilando un trozo de isla furtiva. La sangre licuada, condensada, a punto de caramelo...revienta y transgrede las leyes del más putanesco de los escenarios.... todo lo anteriormente vivido, era un sueño....una utopía en estado catatónico.

Parece mentira, pero su hilo descosió a la bestia....y su laberinto mental me perdió en la selva de cien mujeres ataviadas en peplos de masculinas formas y dildos fantasmagóricos.

Su verga intelectual....me sumió allí donde Morfeo, encabritado se despoja del tiempo y te pierde en los océanos de la nada más radiante.

Altera el pulso y te sume en la metastasis que el pecado descarna en obra magna. El afrutado.....aroma de su ingle amazónica te turba en la zona cero. El hielo, la purga, la saliva se agotan en ese entuerto por descubrir como una mente con ese cuerpo no levita donde las estrellas se quitan el sombrero.

Y su hueso, sus huesos, te lleva, te llevan a donde quieras llegar in corpore.

Es áquel hojaldre, que no desconfia de los remilgos, ni de los halagos.... es aquella mistela vírgen que cada vez que tocan sus puntos estratégicos se abre a los nuevos gozos, a las nuevas luces.... al azul, inexorablemente se acaba arrodillando.

Es la piedad del camino. Te sientas en el cuenco de sus muslos y las sensaciones se reinventan en la embestida melosa, en la embestida cabrona.

Como su alma no reniega a la apertura Gambito de Dama reclinado....; como tres años.... serán un fin de siglo, o una noche en las fantasías del Firebird.. los guiños de una Ícara danza donde el tapete es leche y el vaso, sábanas de porcelana.

Pero lo que más me arrebata es la cúspide que su cerebrito, su fortaleza, su sabiduría anodadó a mi indulgencia...a mis párvulos pasos.... me fascinó lo culta que es la belleza cuando se desnuda por la testa.

Me emparanoié cuando descubrí que el mundo no deja de ser un pañuelo de pucheros, tendidos y rotos al pairo....y al palo, al maldito palo ciego....una buena tarde de invierno el azul le desnudó el nombre, al placer de lugar y al deseo de castillos de aires quietos, muertos de vida....paralizados por como la belleza, roza la tan soñada armonía. Vida intranquila.

Que la diestra, se lamenta.

Son las cosas del querer, las arrugas de cualquier voz....

Si te abrazo desnuda, es que me sentí tan a gusto, tan bien que una parte de mi ser se viste con tu presencia.

Y desnuda, ahora, nunca... estás. Ni eres. Vinagre.

Si nos giramos, volveremos a encontrarnos allí donde los sueños nos busquen, que encontrar nunca sabes cuando volverá a suceder.

Los grillos y las muñecas, una buena forma de anochecer la realidad..  al mondar las mandarinas, los gajos atrapan sueños.

Palabra




martes, 3 de junio de 2014

Feliz día de la Piedad


Kenvin Pinardy






Pido piedad para todas esas MADRES y en especial la mía, que han decido dejar de hablar y con ello distanciarse emocionalmente... de sus hijos.

Pido piedad por los vacíos que pueden sentir en un día como hoy.
Pido piedad por perderse lo que sus HIJOS pueden aportar a sus vidas.
Pido piedad por no poder disfrutar de la maternidad.
Pido piedad por la soledad en su corazón que les puede acompañar en el arduo proceso de vejez.
Pido piedad por la frustración que les ha llevado a no aceptar a sus hijos tal y como son.
Pido piedad por no poder aprender de los errores.
Pido piedad por no perdonar al fruto de sus acciones y lo que un día fue su ilusión.
Pido piedad por aquellas que repiten los patrones de sus progenitores.

Pido piedad por ellas y le pido al universo que les ILUMINE EL CAMINO allí donde estén.

A su vez...

Las felicito por las grandes lecciones que nos han venido a enseñar.
Las felicito por las grandes personas que nos están llegando a hacer.
Las felicito por las virtudes que han provocado en nosotros.
Las felicito por enseñarnos que la vida sigue llena de vida.
Las felicito por habernos dado la VIDA.

Y para todas esas madres luchadoras, respetuosas, tolerantes, responsables, cariñosas, dedicadas...
que han hecho personas tan bellas como las que me rodean en este mundo, les doy las gracias por su dedicación, quizá sin ellas no tendría personas tan formidables en mi vida.

Así que hoy felicito a TODAS las madres del mundo, entre ellas la MÍA. Ya sea por su gran dedicación como por su gran LECCIÓN. Pues gracias a vosotras somos quienes somos.

FELIZ DIA DE LA PIEDAD O FELIZ DIA DE LA MADRE


S. G. M.
(Primer domingo de mayo 2014)