Amé en aquella mirada lo que había de sospecha. Y el miedo de las cosas tenía en aquel espejo la ilusión de disentir del futuro. Contacto: jrubaz@hotmail.com
Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.
Ora ragazzo solo dove andrai La notte e'un grande mare Se ti serve la mia mano per nuotare Grazie ma stasera io vorrei morire Perche' sai negli occhi miei C'e' un angelo, un angelo Che ormai non vola piu' che ormai non vola piu' Che ormai non vola piu' C'e' lei I colori della vita Dei cieli blu Una come lei non la trovero' mai piu'......
... They tried to make me go to rehab but I said 'no, no, no' Yes I've been black but when I come back you'll know know know...
Decimos adiós sólo con palabras, yo morí más de cien veces, tú vuelves a ella, y yo vuelvo… al negro
Simplemente es un fundido a negro, el retrato de Asif Kapadia sobre la malograda vida de la reina del soul del siglo XXI es un exhaustivo retrato de una joven que con 27 años y dos álbumes ha conseguido convertirse en un icono de la música por derecho propio. Quizás por las razones equivocadas y no por su verdadero talento único, por su marcada personalidad, por su ángel o su naturalidad y poderío sobre un escenario. Amy Winehouse con 27 años y contra pronóstico (¿jazz comercial a estas alturas? ¿era realmente “comercial”?) se convirtió en el centro de la escena musical y este documental nos lleva exhaustivamente a su corazón, a su naturaleza y a su entorno y a las causas de su fundido a negro.
We only said goodbye with words I died a hundred times You go back to her And I go back to … black
La primera mitad es la de ver alzarse como el ave Fénix un alma pura encontrando su elemento, un alma frágil, enamoradiza, pasional, arrebatadora, que se bebe la vida a tragos tan grandes que nos arrastra a la tristeza e incomodidad absoluta de ver lo insaciable de su debilidad. Mientras lo ves no puedes parar de buscar culpables mientras escuchas relatos de sus allegados aderezados de su música y sus letras que cobran otro significado ¿víctima de un hogar roto? ¿de un padre más preocupado en amasar dinero que en su propia hija? ¿de un amor que no conviene? ¿de un entorno imposible? ¿de una sociedad que la quería ver convertida en un juguete roto? ¿de dar demasiado de sí misma y hartarse de todo? ¿víctima de sí misma? El documental no da respuestas o datos que no conociésemos, y aún así entretiene y estremece, cuenta con una claridad expositiva ejemplar y con un talento narrativo conciso, brillante y sumamente objetivo la vida de una leyenda que ha marcado un sello en la industria musical y el imagenio popular.
We only said goodbye with words I died a hundred times You go back to her And I go back to … black
Por eso la parte final, la del fundido definitivo a negro, la del concierto en Belgrado en la que quieres gritar a la pantalla por ayuda es dolorosa. porque todos lo vimos y nadie hizo nada. Porque a lo mejor no había ya nada que hacer. Amy es un documental excepcional, que habla y muestra con franqueza los efectos del abuso, el abuso del amor, el abuso de talento, el abuso de pasión, el abuso del vacío, el abuso de las adicciones y en el fondo el abuso de la vida mal entendida. Por eso el fundido final a negro es triste porque en él murió una joven, pero perdimos todos.
We only said goodbye with words I died a hundred times You go back to her And I go back to … black
Toby es un actor inglés que llega a Roma rodeado de la admiración de la
industria cinematográfica y el agasajo servil de los medios de
comunicación de masas... Mediometraje inspirado en el relato de Edgar A.
Poe "No os apostéis la cabeza con el diablo", incluído en la película
de segmentos "Histoires extraordinaires" (1968). En 2008 fue restaurado
independientemente y estrenado en el Festival de Tribeca, donde la
prensa lo aclamó de forma unánime como "La obra maestra perdida de
Fellini".
Junio, Julio y Agosto han sido, son y serán meses ataviados de un mundo y mil paisajes, por ello este rincón verá algo restringida la publicación de entradas, las habituales tres ristras mensuales, probablemente se queden en una, máximo dos. Los días no dan más de sí. Y también la mente, in corpore, precisa un buen receso.... y aquí, ahora, estoy gozando de unas fechas repletas de contemplación e introspección.
Además ando con Alfaguara (invierno) en un proyecto fascinante y con María en una idea que puede tomar cuerpo, en breve.
Ahora en Milan, hermoso refugio para la inspiración. Laboris causa y oxígeno para el alma... Il Duomo, vela mis legañas, la fuente y el tul.
Mañana, qui lo ça...
Agradeceros vuestra fidelidad, cariño y presencia.
A los habituales, a los ocasionales y a los voyeurs; a los con pies de plomo, a los globos sonda, al lastre y al laurel; al fresquito y a la brisa... a los iracundos y a la doblez; a los silenciosos y a lo burlesco, a lo adusto y a lo essencial, gracias.
Intento, responder en cuanto me es posible tanto correos como vuestros mensajes. No puedo con la asiduidad que quisiera ni con la vehemencia que merecéis. Lo siento.
Agradeceros a todos, vuestro apoyo, vuestra crítica y vuestra lectura; vuestro afecto y ante todo vuestro gran corazón sois geniales. Y seguid disfrutando si a bien tenéis.. si creéis, si sentís.
Disfrutad del verano o del invierno.... según dónde acariciéis con vuestra mirada el alma de aquello que nos da aire y apacigua.
Colocó el espejo de pie, a los suyos. Se desnudaba de espaldas. Y se vestía a escondidas. Colocaba piedrecita a piedrecita las migas del retrocamino. Era un laberinto y rutinario sine die. Cada día una calcomonía de nuevas costumbres que envejecen el reflejo. El espejo en pie. Sin ley. Abocado al oscurantismo. No al pozo de una imagen. Si no al abismo del costumbrismo. Casi siempre, quien se mira no se peina el alma, ni se maquilla el corazón. Ni se lava legañas erradas, ni lameaguas de sueños. Casi siempre, quien se agrada en perder
el tiempo con Narciso lanza piedras al botijo. Porcelana fina, carísima,
frágil. Agua sucia. Pequeñas piezas descorazonadas. Cada mañana estira y percute las sábanas del espejo. Las comparte con todo aquel que tercia besos de prestado. No le roba besos al espejo. Ni le borda imperfecciones en las estribaciones de lo que no alcanza a ver. Y un buen día, cuando el corazón de una
piedra se acurruca y escorza para contar un cuento al ombligo, el de
abolengo, se cobra con creces lo que el vacío, día tras día Sbarra. Casi siempre, quien de su vida construye una cárcel de piedras prende fuego al buen fario. Y casi nunca, casi jamás de los jamases se contempla lo que el cabrón del espejo apunta. El muy terco, toma su parabellum y aprieta el gatillo de la inconsciencia, y te grita como Judas: - ¡ Házlo, tómalo, ciégate ! Atina donde menos duele. Asesina donde más traiciona. A nosotros mismos. Pero siempre, siempre, siempre, siempre
llega el día en el que el espejo de pie, se cae en mil pedazos,
destrozando reflejos, costumbres, rutinas, "h"ideales..., y lo poco de
corazón que ya nos queda en pie de guerra se desmorona y desaparece
donde jamás crecerá hierbabuena. Como cuando de chiquillos llamábamos al
amor de nuestra vida con piedrecitas en las ventanas acristaladas de
medianoche y despertábamos el temor de que la fragilidad y los secretos
se rompieran en mil pedazos. Ese día.... esa noche.... El espejo no nos permite contemplar. No
se encuentra con nosotros, ni se reencuentra con la pequeña luzhilo de
vida que se escapaba de entre el jardín de los tercos y ciegos
principios. El corazón de una piedra, debe, sabe esperar. El corazón de una piedra, hiere y agrede; destroza y entierra. El corazón de una puta piedra, rompe mil espejos de vidas tranquilas y sueños sencillos, humanos. El corazón de una penosa piedra, tintinea en halos de grandeza y supinas, truculentas y espinosas sábanas de esparto, de moho. El corazón de tu piedra, se hunde. El corazón ya es piedra devota. Quizás áquel espejo de pie, en vez de a sus pies; debió nacer colgado del claustro del techo. Como simple cielo para que el farero no creyera que las estrellas, la luz y el azul muerden el anzuelo. Siempre, quizás. Siempre de corazón. Necesitamos en nuestras vidas espejos de piedras. No corazones de ellas. Cuando al despertar.... ni siquiera
recordarnos que debemos devoción y clemencia al reflejo, quiere decir
que hemos dormido en paz. Tranquilos, serenamente inquietos pero
sabiendo que lo que hacemos es con todo el amor del mundo y no con todo
el egoísmo y la codicia del tutú, requetutú de una peonza de pies acres y
alma de pusilánime feriante. Un buen día cuando mi padre, Marzo,
apedreó en el hígado del buen querer descubrí que un hogar, una vida sin
espejos es mejor lugar....y nos hace mejores personas. Comprendí que las piedras aun pisadas no
tienen corazón, sólo a imagen y semejanza de quien las acaricia y las
ama con el calor de la honradez y la dignidad, con aquella mano
izquierda que le da calor y a su vez la diestra, atempera. Y llegados a este quid de ambigüedad... a
este punto del reflejo. De lo que tiendo y entiendo como el corazón de
la palma, el corazón racional de un espejo sin alma... la ingratitud
desea traicionar lo que mil mañanas de reflejos desleales turbaron a
cualquier pequeña alma. Comprender que un corazón se ha convertido en una piedra, duele y enseña. Pero, más sentir que sólo late al ritmo de un viejo espejo de mentiras que vacia lo que más se amó. Una vida sin espejos donde mirarse, alecciona. Casi siempre, la bondad y la humildad nacen cuando uno ya no espera la complacencia de lo superficial y de la codicia. Perderse en vida, es terriblemente sencillo. Reencontrarse es nacer ya cuando por perdida se dió a aquella piedra que el camino olvidó.
Como aquellos niños que esperan que nunca deje de rodar. Caer. Parar.
Las ruinas de aquella antigua fábrica de chocolate amargo se destripan.
Se decantan. Los lametazos parecen grumos, la lengüetada acallada,
velada... como un stucco granulado en rugosidades que recuerdan la
estampa de lo que fué. Y de lo que no se pudo hacer... o dejar.
Son un amasijo circense de hierros incomprendidos por la forja del tira y
afloja y retorcidos por las circunstancias, por las pestañas, por las
sendas, por los escalofríos más humeantes. Descarnados y atemorizados.
Naturales y cómplices. Sacros y blasfemos, la puñalá se juega de frente.
En la boca de la cabeza del corazón.
En la nuca de comprender absolutamente cualquier incienso de silencio consumido por el tul de la pureza.
El beso de Judas, las caricias del tren de la vida, las manos quietas,
muertas mientras la música de los latidos traquetean hasta el destino
del imposible. A las puertas del juego se cruzaron los sentimientos. Que
acolchados esperan mejor suerte, porque la suerte sea buena o mala
siempre se zurze a la estrella fugaz.
¿ Perpétua ?.... no es de nadie, y luego nadie se convierte en ella.
El homo faber; crea, fabrica, enroca, predispone.
El ludens; juega, compite, avasalla como áquel pequeño diox que
deslumbra y pervierte para rendir cuentas y rendirse a lo más noble.
Se arrodillan, siempre los lacayos y servidores, las epístolas y los
diezmos se arremangan... fruncen el ceño para rendir pleitesía. Y los
dioses, los pequeños hombres y mujeres que se precian por encima del
bien y el mal, se funden, se derriten, se suicidan, se extrañan y
desvanecen.
La bajan.
La mirada, la guardia, el mentón y el centro del universo, el ombligo.
Y la peonza... quieta, embarrada, como un dedal en el dedo del alma o un antifaz de lo que se debiera deshacer.
La acarician.
Y la puñalada trapera desconoce si... ¿faber o ludens....son su nombre, su sentido, su designio... su quietud ?
Si descansar o seguir jugando.
Si crear o enterrar.
Si cruzar el río de la tristeza o la nostalgia encharcada.
Siempre aparece una añagaza, un recuerdo, una chiquillada, una intrepretación, una decepción o una desilusión.
Pero estamos curados de espantos, todos, todos lo estamos.... incluso
aquellos que se precian descender de los monos de feria, de las jaulas
doradas, de los barrotes de cera, de los museos de sueños, de las cuatro
paredes del aire o del sol negro que la luna amamanta.
Todos jugamos con la peonza.
Unos con mejor suerte.... otros con toda la pena. Algunos con arte y nadie con certeza.
Y al final.... siempre al final... los cuentos o dan vida o te entierran en ella.
Me inicié con putas de puerto, entre olor a brea, gas-oil y pescado
podrido. Mujeres a las que la vida dejó en la cuneta. Mujeres que
peinaban canas desde niñas, tal debió ser su sufrimiento.
Surcaban sus rostros profundas arrugas, meandros erosionados por el
llanto sordo y continuo de quien extravió la esperanza, justo al nacer.
Eran mujeres hechas con cuatro zancadas y niñez perdida en sueños de
media litera o camastro de pensión.
Tenían la mirada opaca, propia de quien no esperaba del futuro más que el devenir de mañana.
Ninguna de ellas alcanzaba a recordar cuándo sus caderas perdieron la
tersura de la pubertad. En qué momento efímero sus pechos juveniles
dejaron de ser atractivos, para amanecer surcados de estrías.
Eran tiernas.
Podías esperar de ellas un desplante, un grito seco o un susurro de
socorro que apenas se alcanzaba a oir. Sin embargo recordaban cómo se
debía sonreir. Su gracejo burdo las permitía, con suerte, dormir entre
sábanas limpias...de raso, de satén o de capa si fuera preciso...pero
limpias.
Rondaban las "fuentes de soda" de puertos sin "caché", en donde hombres descoloridos pagaban las cuentas de errores pasados.
....sombras de pasos ligeros
entre dársenas de descarga
y muelles pesqueros..........
Con suerte encontraban alguno que se compadecía y al que podían sacar un plato caliente, ropa de mercadillo y joyería barata.
Todas se esforzaban por alargar la cita hasta lo imposible para evitar
despertar del sueño de sentirse mujeres, deseadas y, quien sabe, incluso
amadas.
- ¿Te veré mañana?
- Quizás, quizás.
Recuerdo con especial ternura a Mariela y Josa. Mariela era fea y Josa
peor que eso. Sin embargo esta última tenía un cuerpo eterno y una
sonrisa perenne. Coincidí con las dos cuando los últimos estertores del
Carnaval de Río ¿o era de Santos?, a mediados de los 80 y en medio de la
Plaza Maçoas. Nunca sabré su fuí cazado o traicionado por mi
testosterona. Lo cierto es que le exprimimos hasta el último segundo a
mi última noche en puerto.
Bailamos los tres al ritmo de samba y reimos y soñamos. De madrugada ya,
reposados nuestros sudados cuerpos entorno a una mesa descasada,
compartimos misterior y alcohol. Entre sorbo y sorbo creí apurar mi
juventud.
¡Eran tan tiernas!
Con los primeros rayos de sol Mariela nos dejó. No diré que me fui a
pasear por la playa, aunque lo hubiera deseado. Josa puso su mano sobre
la mía y me susurró que iba al lavabo. No hizo falta más. Al poco, en un
retrete inmundo de un tugurio de puerto, hice el amor como tardaría
años en sentir. No pasó mucho tiempo hasta que un postrero beso señaló
el final y me apresté a seguir el ritual de cada puerto. Vacié mis
bolsillos del dinero que ya no iba a necesitar. Miles de cruzeiros
llenaron las manos juntas de Josa...las ganancias quizás de uno o dos
meses se apretaban entre sus dedos, pero no recibí ni las gracias, ni
una sonrisa a cambio...ella sabía bien que su sueño había terminado.
Dedico este relato breve a todas las putas de los puertos del mundo, que
me permitieron entrar en sus vidas, que me dieron lo poco que tenían y a
las que nunca correspondí. Este relato va por Josa, que jamás me leerá,
y por su cuerpo eterno y su sonrisa perenne.
Saludos.
P.d.: Con los años alcancé a olvidar sus rostros, pero sigo sintiendo el peso de sus esperanzas defraudadas.
Priamo
Ícaro
*Dedicado a quienes del coraje, la honestidad, el respeto, la decencia salen y luchan su paz y sobre todo la de los suyos. Lealtad. Integridad y amor por vivir con la cabeza, el orgullo y el alma en paz. Serenos.
Priamo, buen y recuperado amigo, la clavó.
Dió en ese quid.
"Con los años alcancé a olvidar sus rostros, pero sigo sintiendo el peso de sus esperanzas defraudadas."
Quizás, querido Priamo, podríamos alterna el peso con la losa, o definitivamente cimentar el nido de Atenea.
Con los años olvidé sus rostros y esa losa, la suya. Con los años se olvidarán de sus rostros, de su ternura y en el reino de la soledad, la jaula tejerá lo que pudo haber sido y no fue.
Craso error. Ergo.
Y ahora, cuando casi 360º transitan con la simiente de la duermevela, me alegro de haber encontrardo la imperfecta premura y llanura de lo limpio y lo puro.
Con perspectiva.... todo se ve tan divinamente. La vida siguió y ahora es feliz, en cuerpo y alma.
Ecya, y en espíritu.
Priamo e Ícaro, vástagos de una extirpe de supervivientes, de brújulasrotas y bitácoras emborronadas y embarradas en el camino del reconocimiento interior e íntimo.
Con los años y la reflexión aprendí más en áquel lustro que en tres décadas anteriores. Luego arribó la guindilla y la guinda:
La cabra tira al monte...
....y ellas, las Putas de puertos y tierra firme, siempre, siempre...
Vuelven.
Conclusión:
Corra, corra tan lejos...
....hasta que el olvido por fin se descaraje del recuerdo y de la vivencia.
Mutatis mutandis.
Y corrí, corrí tan lejos.
Yo sólo corría, corrí toda la noche y todo el día.
Y no podía salir.