Los cuatro puntos cardinales son tres: el Norte y el Sur.

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sábado, 28 de febrero de 2015

Así, ..... Ámate ... Ámame ..., sea.


Philippe Halsman




La verja se rindió, cayó...como cuando se flambean y derriten las manos sudorosas, tambaleadas, temblorosas al encuentro furtivo de la cicatriz del recuerdo y la cometa de cintas blancas...

...y el viento incoherente y sagaz recompone el puzzle de las yemas. Si arde despacio, se enfría aprisa. Si congela raudo, apacigua así. Si se mueve lento, veloz abraza. Si mengua, acrecenta el Siroco... Así, siempre así.

Descubrieron razones y atendieron silencios. Atizaron, ilusos, al viento... y la verja se aceró. Desnudaron, impávidos, las cintas blancas y la cometa se escapó...

Andará por cielos rasos y a tientas, nadarán las excusas para comprender el así.

-Ámate. Ámame.

Le dice el viento al perfume... y sin escaleras, ni atajos, ni puñetas... se escancia la rosa de los vientos...

-...Cúrame. Cúrate.

Y la rosa huérfana de espinas, derrama la única gota que por quedar, así nace. Que al caer, erecta al rubor.

Parece un instante, un preludio... desgarrador desprecio, arpegio. Y sin más, sin nada... el viento se calza las sandalías y pesca el pespunte que engarza áquel mar antiguo donde la hierba no se esconde ni a sí misma.

Así, siempre así. Suau molt suave, suave molt suau...













Ámame como un giro equivocado en un camino malo, tarde en la noche, sin luna y sin un pueblo cercano... y con un gran animal hambriento moviéndose pesadamente a través de la maleza junto al camino.

Ámame con una venda sobre tus ojos y el sonido de un agua herrumbrada

que mana bruscamente del tubo en la cocina, que gotea a través

del piso de madera hasta el cemento caliente. Házlo sin preguntar,

sin extrañarte y sin pensar en nada, mientras la maquinaria

está apagada y el vigilante desplomado de sueño frente a su pequeño televisor

que muestra el pequeño garaje, los pasillos desiertos; mientras los ladrones atraviesan

la baranda con cortadoras de acero. Ámame cuando no puedas encontrar

abierto un restaurante decente en ningún sitio, cuando estés solo en un comedero

relumbrante

junto a dos monjas que se pelean en el asiento de atrás, cuando tus huevos estén

grasientos

y cuando te sirvan crudas tus tortas fritas. Arranca los botones de enfrente de mi

vestido

y lánzalos uno a uno a la laguna donde los peces acechan justo debajo de la superficie,

moviendo sus frías aletas. Ámame en la capota de una camioneta que nadie ha

conducido

en años, hundida hasta el guardabarros entre hierbas y girasoles muertos;

y entre los lirios, tu boca en mi garganta blanca, mientras las tortugas arrastran

sus barrigas a través del barro lustroso, a través de las huellas de fojas y patos.

Hazlo cuando nadie esté viendo, cuando los disturbios empiecen y se abran los aviones,

cuando el autobús salte a la cuneta y el conductor pise los frenos y el pedal se hunda

hasta el suelo,

mientras alguien lanza un plato contra la pared y recoge otro,

ámame como un congelante trago de vodka, como pita pura, ámame

cuando estés solo, cuando estemos demasiados cansados para hablar, cuando no creas

en nada, escucha, no hay nada, no importa; acuéstate

conmigo y cierra los ojos, el camino dobla aquí, voy a subirle al radio

y nos vamos a ir, y no vamos a regresar mientras tú me ames,

mientras lo sigas haciendo exactamente así.



Kim Addonizio






Quiero asistir a una boda
en calidad de invitada.
Pasar desapercibida
a pesar de mi vestido rojo,
de los tacones nuevos
y las horas previas de maquillaje.

Tengo ganas de vestirme
para nadie,
para mí,
para todos sin que lo noten.

De ver las rosas
en el pasillo de la iglesia,
y tomar una discretamente
para olerla,
y luego tal vez
acariciarme con ella.

Quiero bailar el vals
con un desconocido,
o mejor dos,
y confundir sus nombres.
Mientras la novia radiante
se compromete
a repetir solo un nombre cada noche.

Tengo ganas,
apenas un poco,
de brindar y beber.
Festejar la decisión de otros
a ser felices juntos.

Y luego,
más ganas aún,
de regresar sola a mi casa.
Quitarme el vestido nuevo
con olor a tabaco.
Los tacones encarnados
en mis pies adoloridos.
Lavar el maquillaje pesado,
soltarme el cabello.

Tengo esta necesidad
de vestirme para mí
y desvestirme luego,
despacio.

Después del sudor
buscar la rosa en mi bolso,
presionarla contra los labios
acariciarme los muslos;
quedarme dormida
antes de llegar al agujero del sexo.
Olerme el cabello,
dormir conmigo.





Agatha García

8 comentarios:

  1. A veces me dejas muda y me encanta, no dejas de sorprende. Empieza el desielo en Somerville, nacen margaritas silvestres

    ......me ha encantado la poesía de Agatha García que maravilla.

    Girona Nexttttttttttt

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  2. Like you on a distant beach shore also do sandcastles ...

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  3. Me quite las vendas cuando me percaté que lo daba todo a nadie. Hubo un punto donde me dije es tu momento y desde preciso instante, mi vida cambió.

    ....

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  4. https://www.youtube.com/watch?v=J-fX0UbpZls

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  5. Push the Sky Away

    https://www.youtube.com/watch?v=kzTCbaZj5HA


    Schwarzwald . . . zwischen meinen beinen. Regen

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  6. "Tengo ganas de vestirme" sin el oro de la vida. El aceite es tuyo, las palmas mías

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  7. ...quitarse el vestido nuevo y desnudar el alma....

    no hay como reflejarse de cara a la pared y con los labios del vaho.

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  8. ....poco que añadir.

    Sois un cielo..... sea de tormenta o de sol plano, trastus.

    https://www.youtube.com/watch?v=Akjt-RuNc6U

    Shout shouttttttttttttttttttttttttttttttttt

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