Fotografía: Ivo Pandoli |
El pulpo tiene ojos del pescador que lo atraviesa.
Es de tierra el hombre que será comido por la tierra que le da de comer.
Come el hijo a la madre y la tierra come al cielo cada vez que recibe la
lluvia de sus pechos.
La flor se cierra, glotona, sobre el pico del pájarohambriento de sus mieles. No hay esperado que no sea esperador ni amante que no sea boca y bocado, devorador devorado: los amantes se comen entre sí de cabo a rabo,de punta a punta, todos toditos,
todopoderosos, todo poseídos, sin que quede sobrando la punta de una
oreja ni un dedo del pie.
Eduardo Galeano
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