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jueves, 21 de enero de 2016

Marvin Pontiac

Bowie, Beck, Iggy Pop, Leonard Cohen, Flea de los Chilli Peppers y Michael Stipe de R.E.M. celebraron con los más altos calificativos la música de Marvin Pontiac

¿Quién, qué fue de ésta legendaria leyenda?




Marvin Pontiac




John Lurie









Cuando un artista desaparece durante años, conviene pensar que algo se ha torcido: lo de escaparse a la Polinesia no es una opción para los tiempos que corren. Estos días se han difundido malas noticias sobre John Lurie. El saxofonista de los Lounge Lizards  (y actor habitual en películas de Jim Jarmusch), sufre la enfermedad de Lyme y ha dejado de tocar. Aparte, vive escondido, dicen que lejos de Nueva York: una bronca con su antiguo mejor amigo ha desembocado en amenazas, una campaña de acoso, denuncias en comisaría.

 

Dos grados de separación

En los años 80 y 90, Lurie era el arquetipo de bohemio del downtown neoyorquino. Un hipster arrogante y peleón, que ejercía de seductor aún antes de que el cine popularizara su cara. Perfectamente cool, arrasaba por donde pasaba. Después de su agitado concierto en solitario en Madrid, "intimó" con una conocida mía; ella pasó a ser la-chica-que-vaya-conoció-bíblicamente-a-John-Lurie. ¿Lo reconozco? Vale: creo que posteriormente yo también "intimé" con ella, aunque mis recuerdos de aquella noche sean vaporosos. Sueños de una noche de verano, jmmmmmmm.







¿A qué sonaba John Lurie ?

Los Lagartos de Salón debutaron en directo allá por 1979, con un repertorio de fake jazz y ambientes de cine negro. Lo de falso jazz fue una etiqueta ingeniosa pero les garantizó la antipatía del núcleo duro de la religión jazzera: a pesar de trabajar con el insigne Teo Macero (el productor de Miles Davis), nunca dejaron de ser considerados unos impostores. Lo de los Lounge Lizards era un be-bop tocado con filo punky, lo que tal vez explique las acusaciones de que estaban más atentos a la envoltura que a la sustancia. En Europa, por el contrario, fueron abrazados con efusión.
Con el tiempo, Lurie quiso enmendar y enriquecer su perfil de estrella del downtown: trabajó con orquestas sinfónicas y cuertetos de cuerda. También descubrió los aromas del kabarett, lo que le fue desplazando hacia el Territorio Tom Waits (ambos usaban al guitarrista Marc Ribot, asi que no se trata de una recriminación). Y ya llegamos a lo que nos interesa. Lo último que llegó de John como músico es que estuvo implicado en un disco publicado en 2000, The Legendary Marvin Pontiac's Greatest Hits.



Lo que se sabe de Marvin Pontiac

Según Allmusic, se llamaba Marvin Touré y nació en Detroit el 30 de marzo de 1932, hijo de un natural de Malí y una neoyorquina de origen judío, una pareja que duró poco. Cuando su madre fue ingresada en un psiquiátrico, el padre recuperó al chico y le crió en Bamako. Bajo el nombre de Marvin Pontiac, retornó a Chicago donde sus conocimientos de la música de Malí quedaron eclipsados por el descubrimiento del urban blues que se estaba fraguando en la ciudad. Tocaba la armónica hasta que recibió una paliza de Little Walter, convencido de que el africano le estaba robando su sonido y sus temas.

Little Walter era peligroso cuando se enfadaba y Marvin se largó a Tejas, donde trabajó de fontanero y -según rumores- robó un banco. También actuaba por el Golfo de México y en 1952 comenzó a grabar para un sello regional, Acorn. Sus discos tenían ADN africano y algunos temas cruzaron el Atlántico, funcionando comercialmente en Nigeria. Sin embargo, Marvin se desilusionó con la música y mostró un comportamiento crecientemente excéntrico.

Sus choques con las instituciones proporcionan los escasos datos fiables. En 1963 fue arrestado cuando la policía californiano le descubrió circulando desnudo sobre una bicicleta. Ya en los setenta, pasó temporadas en un manicomio de Detroit. Contaba a los que le escuchaban que había sido secuestrado por alienígenas. Murió en 1977, arrollado por un autobús.

Y habría sido olvidado de no contar con admiradores blancos. Se supone que Jackson Pollock era un fan, hasta el punto de regalarle varios cuadros (nada impresionado por su arte, Marvin los tiró a la basura). En el 2000, nuestro John Lurie rescató sus grabaciones con un lanzamiento en su sello particular, Strange & Beautiful. Es el citado The Legendary Marvin Pontiac's Greatest Hits.





Elmord Leonard corrobora su grandeza 

El novelista Elmore Leonard es un residente de Detroit y también cayó bajo el embrujo de Marvin. En su Tishomingo blues (publicada aquí como Blues del Mississippi), aparece un negro embaucador, de nombre Robert Taylor, que da un curso acelerado de blues al protagonista, Dennis Lenaham, un ingenuo que se gana la vida como saltador de trampolín. Robert le pone discos y espera su reacción:

- "La armónica podría ser de Little Walter", dijo Denis, "pero realmente no sé."
- "Little Walter, mis cojones. Tío, es Marvin Pontiac y su éxito, I'm a doggy".
- "Nunca oí hablar de él".
- "Pues debería darte vergüenza. Marvin es mi favorito. Marvin Pontiac, parcialmente inspirado por Muddy Waters. Y otra parte suya fue robada por Iggy Pop. ¿A que sí conoces a Iggy?"
- "Sí, ya veo por donde vas. ¿Así que I wanna be your dog, la de Iggy, tiene su origen en, a ver, I'm a doggy?"
- "Algunas cosas que hacía las llamaba blues afrojudaicos", dijo Robert. "Marvin siempre llevaba túnicas blancas y un turbante como el de Erykah Badu, antes de que se rapara la cabeza. Tenía sus rarezas. Vivía solo...escucha esto. Un productor le imploraba un disco y Marvin Pontiac le dijo que vale, que lo haría si el productor le cortaba la hierba".
- "¿El césped?"
- "Sí, su hierba, su césped, y el hombre lo hizo para que Marvin entrara en el estudio. Eso es lo que estás escuchando, The Legendary Marvin Pontiac's Greatest Hits. Aquí está Pancakes. Y Bring me rocks, con ese verso que dice: 'mi pene tiene cara y le gusta ladrar a los alemanes.' La gracia está en que nunca se fotografió la cara de Marvin. ¿Ves esas fotos tomadas desde lejos, donde está con la túnica blanca y el turbante? Pues no hay primeros planos."


La cruda realidad, la verdad de Marvin

Otro día convendría hablar de la mala suerte de Elmore Leonard en nuestro país. En términos comerciales y de consistencia estética, Leonard es algo así como el Bruce Springsteen del noir estadounidense pero en España nunca ha impactado: las editoriales no suelen acertar con sus mejores títulos y, encima, cuesta traducir sus certeros diálogos.

Leonard coincidió con John Lurie durante la elaboración de la adaptación cinematográfica de uno de sus textos, Get Shorty, aquí rebautizado Cómo conquistar Hollywood . Y el novelista se sumó a la Conspiración de Marvin Pontiac. Al igual que Beck, David Bowie, Flea, Leonard Cohen, Iggy Pop ¡o Michael Stipe!, que declararon su pasión por Pontiac, lo importante que fue en sus carreras bla bla bla.
En realidad, The Legendary Marvin Pontiac's Greatest Hits es sencillamente un disco de canciones de Lurie, con algunos guiños en letras y ritmos al ficticio Marvin. Rock-blues al estilo del downtown, muy disfrutable. Sólo los muy crédulos podían tragárselo. El sonido no se parece a nada que hubiera grabado un bluesman en los años cincuenta o sesenta. Y las pistas están en los créditos: obviamente, John Medeski, Marc Ribot, Calvin Weston o el propio John Lurie no eran profesionales en aquellas décadas.




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