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Thaer Al Khalidiya |
Basta con pararse, para aprender a caminar.
Basta de construir laberintos, cuando en los atajos se pierde el Norte.
Basta de descalzar al Sur, cuando a mitad de camino se desmoronan los sueños.
Compraban calzadores.
Y se bebían los charcos.
Se miraban los pies....
...y no encontraron el espejo de su mirada.
Descalzo.
Tocaban sus propias manos, y musitaban:
-Tu sonrisa es mi felicidad.
Palabras descalzas, huecas, perdidas.
Y los charcos, lodos nacieron.
Basta con pararse, para aprender a que el juego de la vida se construye desde el buen querer.
Descalzos.
Y sin manos.
Y no las suyas.
La pobreza y la tristeza siempre pisan charcos descalzos. Enorme blog
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