![]() |
Fotografía: |
Andrzej Radka
Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
afuera en el jardín,
su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
igual que intimaciones
no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración
obscena. Es que amanece.
Amanece otro día en que no estaré invitado
ni a un momento feliz. Ni a un arrepentimiento
que, por ser antiguo,
-ah, Seigneur, donnez-moi la forcé et le courage!-
invite de verdad a arrepentirme
Con algún resto de sinceridad.
Ya que nada temo más que mis cuidados.
De la vida me acuerdo, pero dónde está.
DE SENECTUTE
Jaime Gil de Biedma
No hay comentarios:
Publicar un comentario