pintor de madonnas del renacimiento; el diseñador de las figuritas Lladró; un prerrafaelista; María Pascual, ilustradora de cuentos infantiles que pinta hadas con el pelo verde recogido dentro de una malla goyesca; un simbolista francés o un nabí en el periodo del art decó. Busco a: un Dante Gabriel Rossetti que me abulte los labios y me perfile la nariz con un escoplo; un Cavannel que alargue el pelo; un Puvis de Chavannes que me plasme meliflua y evanescente, un Waterhouse o un sir John Everett Millias que me transforme en una Ofelia que sobrevive al suicidio.
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Fotografía: Pavel Kiselev |
Busco a un Renoir que me vista con los polisones de los luminosos merenderos de Paris. Y también busco a un Enric Sió que me retrate en blanco y negro; un Maroto que me dé forma, me ponga un cruzado mágico bajo los jirones que me visten y me contornee los muslos; un Beá que me estilice -es decir, que me alargue los huesos y le reste redondez a mis facciones-y me embadurne de colores pop.
Soy una niña fatalista y sé que no voy a encontrar a ese artista multidisciplinar.
Yo misma ignoro cómo manejar los pinceles para retratarme del modo que aspiro a ser.
Con mi tía Pili, pinto búcaros de flores y casitas de pueblo, pero nunca me atrevo a autorretratarme, aunque estoy deseando verme en una superficie que esté fuera de mí y que no sea igual que un espejo.........
...los espejos me molestan.
Extracto de "Lección de anatomía". Marta Sanz
Desde Méjico, enhorabuena por el blog Ícaro. Es un lugar en el que pararé muy a menudo para descansar y relajarme. Saludos, Isabel
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